LG OLED CX, análisis: un auténtico televisor todoterreno que brilla con el cine y deslumbra con los videojuegos

El televisor OLED C9 de LG que analizamos el año pasado dejó el listón muy alto. Nos gustó por su calidad de imagen global, por la fluidez con la que mueve su sistema operativo, y, sobre todo, por sus prestaciones con videojuegos. Por esta razón no hemos podido resistirnos a probar a fondo su sucesor, el OLED CX al que dedicamos este análisis.

Aunque este nuevo televisor de la serie C ha heredado buena parte de las características del C9 del año pasado, también incorpora varias innovaciones que no estaban presentes en su predecesor, como son el modo cineasta o la tecnología Dolby Vision IQ. Además, estrena un procesador de imagen Alpha 9 de 3ª generación. Sobre el papel pinta bien, pero solo estamos arañando la superficie. Descubramos si estamos ante un candidato firme a mejor televisor OLED de 2020.

LG OLED CX: especificaciones técnicas

Antes de que indaguemos en las características más interesantes de este televisor merece la pena que nos detengamos un momento para reparar en que es el primer modelo OLED de LG que está disponible, además de en 55, 65 y 77 pulgadas, en 48 pulgadas, lo que lo aúpa como el televisor OLED con el panel más pequeño de esta marca.

Si nos ceñimos a las características de su panel no hay nada que lo desmarque de los modelos OLED de LG que hemos analizado durante los últimos años. Y es que apuesta por una matriz orgánica 4K UHD WRGB con una profundidad de color de 10 bits, una frecuencia de refresco nativa de 120 Hz y relación de aspecto 16:9. Nada inesperado.

El procesador de imagen Alpha 9 de 3ª generación identifica rostros y caracteres para afinar la restitución de la piel e incrementar la legibilidad de los textos

Sin embargo, si miramos más allá de su panel nos daremos de bruces con su procesador de imagen, un chip Alpha 9 de 3ª generación que, según LG, implementa la tecnología AI Picture Pro para identificar rostros y texto en pantalla con el propósito de afinar la restitución de la piel y los rasgos faciales, así como de incrementar la legibilidad de los textos.

Otra de las prestaciones interesantes de este procesador de imagen es su capacidad de identificar de forma automática el tipo de contenido que estamos reproduciendo para ajustar los parámetros de imagen de manera transparente para el usuario. Contempla cuatro configuraciones predefinidas diferentes: estándar, película, deportes y animación.

En lo que se refiere a la reproducción de los contenidos HDR, LG se mantiene firme. Y es que este televisor puede procesar los metadatos de Dolby Vision, HDR10 y HLG, pero no los del estándar HDR10+. Y es una lástima. Los usuarios agradecemos que las marcas nos ofrezcan un soporte HDR completo, algo que ya están haciendo fabricantes como Panasonic, Philips, Hisense o TCL.

En la sección que dedicaremos al rendimiento de este televisor con videojuegos descubriremos cómo resuelve este escenario de uso, pero sirva como aperitivo que, al igual que los modelos OLED que LG nos propuso el año pasado, todos los conectores HDMI nos ofrecen soporte completo de la norma 2.1. Y, además, este CX implementa las tecnologías de sincronización adaptativa del refresco FreeSync de AMD y G-SYNC de NVIDIA.

LG OLED55CX6LA Características
PANEL OLED 4K UHD de 55 pulgadas, 120 Hz, 10 bits y relación de aspecto 16:9
RESOLUCIÓN 3.840 x 2.160 puntos
HDR Dolby Vision, HDR10 y HLG
PROCESADOR DE IMAGEN Alpha 9 de 3ª generación
SISTEMA OPERATIVO webOS 5.0
MODO CINEASTA
DOLBY VISION IQ
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA WiFi 802.11ac y Bluetooth 5.0
CONECTIVIDAD 4 x HDMI 2.1, 3 x USB 2.0, 1 x toma antena, 1 x salida digital óptica, 1 x salida auriculares, 1 x RJ-45 y 1 x PCMCIA
AMD FREESYNC
NVIDIA G-SYNC
SONIDO Configuración: 2.2 canales
Entrega de potencia: 40 vatios
DOLBY ATMOS
CONSUMO MEDIO 115 vatios
ETIQUETA ENERGÉTICA Clase A
DIMENSIONES 1.228 x 738 x 251 mm (con peana)
PESO 23 kg (con peana)
PRECIO 1.769 euros

LG OLED55CX-ALEXA - Smart TV 4K OLED 139 cm (55") con Inteligencia Artificial, Procesador Inteligente α9 Gen3, Deep Learning, 100% HDR, Dolby Vision/ATMOS, HDMI 2.1

Diseño y acabado: si ya estás en la primera división lo que importa es seguir ahí

El diseño estético y la construcción de este televisor son calcados a los que nos propuso el año pasado la serie C9. Probablemente los diseñadores de LG han concluido que no hace falta tocar algo que ha demostrado funcionar, y lo comparto. Como podéis ver en la siguiente fotografía de detalle, los marcos que circundan el panel son finos y están impecablemente mecanizados en aluminio.

El frontal de este televisor es muy limpio porque el panel OLED reclama todo el protagonismo al no integrar en la parte inferior la barra de sonido que tienen otros modelos de gama alta. Más adelante comprobaremos cómo suena este CX, pero desde un punto de vista estrictamente estético no puedo ponerle ninguna pega, de la misma manera en que tampoco se la puse el año pasado al modelo C9.

Con la peana de este televisor, que también es idéntica a la del C9 del año pasado, tengo sensaciones encontradas. Me parece estilizada y está impecablemente mecanizada en un aluminio sutilmente cepillado, pero instalarla es un poco farragoso, al menos la primera vez que lo haces, porque la fijación de la pieza frontal de aluminio y la pieza trasera a la base del televisor no es pan comido. Afortunadamente es algo a lo que muchos usuarios se enfrentarán solo una vez.

La estabilidad que esta peana da al televisor es innegociable. Nos garantiza que soportará sin problema impactos accidentales de cierta contundencia

Eso sí, la estabilidad que esta peana da al televisor es innegociable. Por delante no sobresale mucho, pero su considerable anchura y la robustez de la parte posterior de la peana nos garantizan que este televisor OLED soportará sin problema impactos accidentales de cierta contundencia. Un apunte más: la electrónica está alojada en la mitad inferior, por lo que el panel queda expuesto en la parte superior del televisor. Es importante que no lo agarremos por ahí al instalarlo porque podríamos dañarlo irremediablemente.

Experiencia de uso y calibración

La versión de webOS preinstalada por LG en este televisor es la 5.0, y, al igual que las anteriores revisiones de este sistema operativo, consigue iniciar y cerrar las aplicaciones con una latencia mínima. Además, nos permite movernos por la interfaz con mucha fluidez. En este terreno tanto webOS como Tizen siguen un paso por delante de Android TV, aunque si tuviese que mojarme apostaría que la plataforma de LG es ligerísimamente más rápida que la de Samsung.

Por otro lado, desde un punto de vista estético no puedo poner ninguna pega a webOS. Su interfaz me parece estilizada y poco intrusiva, y el control a través del puntero implementado en el mando a distancia es ágil y directo. La experiencia que nos propone LG con este televisor es muy similar a la que nos ofreció en los modelos de anteriores generaciones, pero me reafirmo en lo que defendí cuando hablamos del diseño: si algo ha demostrado funcionar bien no es necesario reimaginarlo.

Una de las novedades implementadas por LG en este televisor es el modo cineasta (Filmmaker Mode). Esta tecnología persigue que nuestros televisores reproduzcan el contenido cinematográfico en general, y, por tanto, no solo las películas, sino también las series, preservando exactamente la visión original del director.

Este televisor OLED implementa tanto el nuevo modo cineasta como la tecnología Dolby Vision IQ

Este objetivo requiere que la estética de las imágenes en nuestra casa sea la misma con la que el director trabajó durante la postproducción de su película en el monitor de masterización, y lograrlo conlleva la desactivación de una parte de los algoritmos de procesado del televisor. Es una buena noticia que los usuarios podamos decidir si queremos habilitar o no este modo de imagen.

La otra novedad importante implementada por LG en este televisor OLED es Dolby Vision IQ, una tecnología que recoge información de la luz ambiental gracias a un sensor de luminosidad para permitir al televisor actuar de forma dinámica sobre la entrega de brillo. Esta innovación complementa la información que contienen los metadatos dinámicos de Dolby Vision para maximizar el rango dinámico de las imágenes sin que se vea condicionado negativamente por la luz ambiental.

Los televisores de LG que he tenido la oportunidad de analizar durante las dos últimas generaciones salen mucho mejor calibrados de fábrica que sus predecesores. Este OLED CX lo ejemplifica a la perfección. Aunque me he esforzado para que las fotografías que ilustran este artículo tengan la máxima calidad posible, ninguna de ellas hace justicia a la precisión con la que reproduce el color sin necesidad de tocar absolutamente nada.

De todas formas, los usuarios avanzados que quieran afinar su calidad de imagen al máximo tienen a su disposición todos los parámetros de ajuste que necesita un calibrador profesional. No obstante, este televisor es compatible con el software de calibración automática CaIMAN, por lo que no es necesario ser un experto para conseguir que este dispositivo OLED nos entregue el 100% de su potencial.

El mando a distancia que LG nos propone junto a este televisor es su ya habitual Magic Remote, con el que podemos desplazarnos a través de la interfaz utilizando un puntero. Me gustaron las versiones anteriores de este sistema de control, y sigue gustándome la actual porque es, ante todo, ágil. Solo tenemos que apuntar hacia el televisor con el mando, colocar el puntero encima de la opción que queremos seleccionar y pinchar sobre ella. Esto es todo.

La única pequeña pega que puedo poner a este mando a distancia consiste en que solo incorpora los botones de acceso directo a Netflix y Amazon Prime Video. Habría sido una buena idea que incorporase al menos un par de botones de acceso adicionales a otras apps también muy populares, como YouTube, HBO o Disney+, pero su ausencia no es dramática porque, como hemos visto, podemos iniciarlas desde la interfaz con mucha agilidad.

Calidad de imagen: es un firme candidato a mejor televisor para cine de 2020

Para poner a prueba qué es capaz de ofrecernos este televisor OLED con contenido cinematográfico recurrí a mi batería de películas habitual en Blu-ray 4K y Blu-ray Disc, en la que destacan cintas como ‘La llegada’, ‘El renacido’, ‘Blade Runner 2049’ o ‘Blade Runner’. También utilicé contenido de Netflix y YouTube que conozco muy bien, así como las versiones en DVD de ‘Salvar al soldado Ryan’ y ‘Kill Bill volumen 1’.

Este televisor OLED consigue reproducir el color blanco de una forma muy convincente y sin desviarse hacia el azul

Para reproducir estas películas recurrí a un lector OPPO UDP-205, un dispositivo que ya está descatalogado pero que sigue destacando por la gran calidad de su mecánica de transporte y su lógica de procesado de audio y vídeo. Además, no lee solo los formatos que acabo de mencionar; también reproduce un amplio abanico de formatos de audio, incluido SACD, lo que lo posiciona en un auténtico reproductor todoterreno.

La fotografía que podéis ver debajo de estas líneas la tomé utilizando un microscopio digital, y muestra la matriz de subpíxeles WRGB que conforma el panel OLED. A diferencia de los televisores con panel LCD, los dispositivos con diodos orgánicos tienen una alta capacidad de dispersión de la luz, por lo que no necesitan que se coloque encima del panel una lámina de dispersión adicional para ofrecernos unos ángulos de visión muy amplios.

La luz ambiental presente en algunas de las fotografías que ilustran esta sección del artículo es escasa a propósito porque he intentado que las capturas respeten en la medida de lo posible la colorimetría original del televisor. A diferencia de otros dispositivos OLED, este CX consigue reproducir el color blanco de una forma muy convincente y sin desviarse hacia el azul. La ligera desviación que podéis ver en la siguiente fotografía no es responsabilidad del televisor; la culpable es la cámara que hemos utilizado. En vivo el blanco de la nieve es mucho más intenso.

Por otro lado, cuando el televisor recibe una señal de calidad el ruido de alta frecuencia es imperceptible, lo que le permite entregarnos un nivel de detalle muy alto y unas imágenes limpias y sin artefactos. El trabajo que realiza con las señales 1080p es tan bueno que en ocasiones podemos creer que estamos disfrutando un contenido nativo 4K UHD, un síntoma inequívoco de la sofisticación que están alcanzando los algoritmos de escalado que recurren al aprendizaje profundo.

Los negros de este televisor tienen la profundidad y la densidad que podemos exigir a un dispositivo OLED de última generación, y la luz residual en los fotogramas en los que predominan los subpíxeles apagados es prácticamente inapreciable incluso cuando se examina meticulosamente el panel con la ayuda del microscopio digital.

La uniformidad del panel al reproducir los fotogramas en los que es necesario atenuar al máximo la capacidad de entrega de brillo es sobresaliente, algo habitual en los televisores OLED bien ejecutados. Lo que no es tan frecuente es que esa misma uniformidad se mantenga intacta al reproducir fotogramas en los que predomina el color gris. Esta baza permite a este televisor codearse con otros modelos OLED sensiblemente más caros, como el HZ1500 de Panasonic que analizamos hace solo unas pocas semanas.

Como mencioné cuando revisamos su calibración de fábrica, este televisor consigue reproducir los colores con una precisión muy alta sin necesidad de recurrir a un colorímetro para llevar a cabo una calibración meticulosa. De hecho, lo que más me ha gustado de él es la forma en que restituye la piel humana por su verismo. Y todo esto lo logra sin evidenciar la más mínima posterización. Ni siquiera en los degradados más complejos.

En Rtings han medido que este televisor consigue entregar un pico de brillo de 813 nits en una ventana que ocupa el 10% de la superficie del panel, una cifra que, aunque no es espectacular, permite a este televisor enfrentarse a la reproducción de los contenidos HDR con éxito. Eso sí, su rendimiento en este escenario de uso es más convincente si la luminosidad ambiental escasea.

Un apartado en el que LG podría haber hilado más fino es la gestión del circuito ABL (Automatic Brightness Limiter) que se responsabiliza de ajustar y limitar el nivel de brillo para prevenir el marcado del panel. Y es que la transición entre fotogramas con distinto nivel de luminosidad en ocasiones es agresiva, tanto que la entrega de brillo cae hasta apenas superar los 140 nits cuando la luz se distribuye de forma homogénea por toda la superficie del panel.

En la siguiente fotografía podéis ver que la cobertura antirreflejos que ha puesto a punto LG en este televisor cumple su cometido con eficacia. El leve destello azulado del centro de la imagen procede del televisor OLED CX, y el reflejo de la parte superior ha sido generado por un televisor con panel LCD colocado justo detrás de él, un dispositivo que no tiene una cobertura antirreflejos tan eficaz como la del modelo de LG.

En las especificaciones de este televisor LG anuncia un consumo medio de 115 vatios, y, curiosamente, durante mis pruebas la unidad que he analizado se mantuvo la mayor parte del tiempo por debajo de los 100 vatios. Este consumo tan moderado es posible gracias a la capacidad de los diodos orgánicos del panel de dejar de emitir luz, y ha permitido a este televisor obtener la etiqueta energética de clase A.

Lo tiene todo para seducir a los jugones

Para averiguar cómo se porta este televisor con videojuegos recurrí una vez más a nuestra infatigable Xbox One X y a varios títulos relativamente recientes, entre los que destacan ‘Mortal Kombat 11’, ‘Forza Horizon 4’, 'Ori and the Will of the Wisps', ‘Gears 5’ y ‘Halo 5: Guardians’. Hemos elegido estos juegos porque son muy sensibles a la latencia y son útiles para identificar el impacto que tiene en la experiencia de juego.

Los cuatro puertos HDMI que incorpora nos ofrecen soporte completo de la norma 2.1. Todos tienen VRR y ALLM

Como mencioné cuando revisamos las especificaciones de este televisor OLED, los cuatro puertos HDMI que incorpora nos ofrecen soporte completo de la norma 2.1, por lo que todos ellos implementan las prestaciones VRR (frecuencia de actualización variable) y ALLM (modo automático de baja latencia). Además, también es compatible con las tecnologías de sincronización adaptativa del refresco FreeSync de AMD y G-SYNC de NVIDIA, lo que demuestra que LG tiene muy presentes a los aficionados a los videojuegos.

Sin embargo, no todo son buenas noticias. Y es que el ancho de banda de los cuatro puertos HDMI es 40 Gbps, una cifra inferior a los 48 Gbps que describe la norma 2.1. En la práctica no tiene demasiada importancia porque los 48 Gbps son necesarios para transportar contenido 4K UHD con una profundidad de color de 12 bits, 120 Hz y submuestreo de color 4:4:4. Y los contenidos con esta calidad en origen son muy escasos. Aun así, de alguna manera es un paso atrás si comparamos este televisor con lo que nos ofrecen en este terreno los modelos del año pasado.

En lo que se refiere al tiempo de respuesta este televisor, al igual que todos los dispositivos OLED, consigue cambiar el estado de los píxeles del panel en aproximadamente 1 ms, lo que lo coloca en la órbita de los monitores para juegos. Y en lo que se refiere a su latencia, aunque no iguala los 9,4 ms del QLED Q95T de Samsung, según las medidas de Rtings se mueve en la órbita de los 13,6 ms sin VRR, una cifra muy buena y prácticamente calcada a la del modelo C9 del año pasado.

Como acabamos de ver, este televisor es una delicia para los aficionados a los videojuegos. Y es que lo tiene todo: los cuatro puertos HDMI implementan la norma 2.1, su tiempo de respuesta es mínimo, su latencia al activar el modo para juegos es muy comedida y es compatible con FreeSync y G-SYNC. Lo único que tiene en su contra es la posibilidad de que a largo plazo se produzca retención en alguna zona del panel, pero en un escenario de uso mixto en el que el televisor también se utiliza para ver películas es relativamente poco probable que aparezca este problema si somos mínimamente cuidadosos.

Su sonido cumple, pero no está a la altura de sus imágenes

Este televisor suena un poco mejor que el modelo C9 del año pasado. Se nota que los ingenieros de LG se han esmerado para afinarlo porque consigue resolver las frecuencias medias, en particular la voz humana, de una forma muy convincente. El extremo grave tampoco está mal porque tiene impacto, pero si incrementamos el nivel de presión sonora más allá del 70% del volumen máximo la distorsión hace acto de presencia, y puede llegar a ser molesta.

Al igual que los anteriores dispositivos de la serie C, este televisor procesa y virtualiza audio Dolby Atmos, aunque, desafortunadamente, LG ha eliminado el procesado del códec DTS en todos sus televisores de 2020. El sonido de este modelo es resultón, pero si queremos obtener la mejor experiencia posible y hacer justicia a su sobresaliente calidad de imagen lo ideal es apostar por una barra de sonido, o, mejor aún, por un equipo de audio multicanal dedicado.

La barra de sonido LG SN9YG, a prueba

LG nos ha enviado esta barra de sonido para que comprobemos cómo rinde junto a su nuevo televisor de la serie C, así que no nos hemos resistido a probarla. La SN9YG es una solución de gama alta con un precio elevado (cuesta 899 euros), que, eso sí, complementa a la perfección a este televisor porque subsana una por una todas sus carencias en materia sonora.

Y es que no solo procesa audio Dolby Atmos; también es compatible con contenidos DTS:X. Su capacidad de entrega de potencia máxima es de 520 vatios (esta cifra incluye los 220 vatios del subwoofer que acompaña a la barra de sonido), tiene una topología de 5.1 canales que se puede ampliar con dos canales para efectos adicionales e implementa conectividad WiFi 802.11ac y Bluetooth 5.0.

No cabe duda de que es una barra de sonido muy completa, que, además, suena realmente bien. Y es que la escena sonora que genera es muy amplia, lo que unido a su capacidad dinámica nos mete de lleno en la acción de las películas más trepidantes. Además, consigue alcanzar un nivel de presión sonora muy alto sin que la distorsión se descontrole, y el subwoofer, aunque no sobresale, tiene una pegada notable.

Esta barra de sonido complementa muy bien al televisor que estamos analizando, pero, en mi opinión, tiene un talón de Aquiles: su precio. Y es que los 899 euros que LG nos pide por ella no solo nos permiten acceder a otras soluciones de gama alta, sino también a algunos equipos de sonido multicanal dedicados. Un último apunte: esta barra de sonido ha sido afinada y ecualizada por Meridian, una veterana compañía inglesa especializada en componentes de alta fidelidad.

Barra de Sonido LG SN9YG 5.1.2 Dolby Atmos, Meridian Sound, Bluetooth y asistente de Google

LG OLED CX: la opinión y nota de Xataka

Como os he anticipado desde el titular de este análisis, este televisor es un auténtico todoterreno. Con contenido cinematográfico nos ofrece una experiencia sobresaliente que le permite ponérselo difícil no solo a los modelos OLED más sofisticados de otras marcas, sino también a los televisores con panel orgánico de las series superiores de la propia LG. Y con videojuegos rinde a un nivel fantástico no solo gracias a sus conectores HDMI 2.1, sino también debido a su comedida latencia y a su compatibilidad con las tecnologías de sincronización adaptativa del refresco de AMD y NVIDIA.

Este televisor OLED tiene la relación calidad/precio más atractiva de todo el catálogo de LG para 2020

En mi opinión su baza más sólida es su sobresaliente calidad de imagen, un apartado en el que no solo destaca por la relación de contraste que se le presupone a un televisor OLED, sino también por la precisión con la que reproduce el color; por su nivel de detalle tanto con contenidos 4K UHD como, sorprendentemente, con películas 1080p; por la casi total ausencia de ruido de alta frecuencia y por una capacidad de entrega de brillo que, aunque no es espectacular, le permite resolver con suficiencia la reproducción de los contenidos HDR.

Además, como hemos visto, implementa el nuevo modo de imagen cineasta y la tecnología Dolby Vision IQ. Pero, a pesar de su evidente atractivo, no es perfecto. Y es que es una lástima que no pueda procesar contenidos HDR10+, que el ancho de banda de los puertos HDMI 2.1 haya sido ligeramente recortado y que no descodifique audio DTS. Aun así, ninguna de estas carencias es crítica, por lo que no empañan lo interesante que es este televisor OLED. Veremos con qué nos sorprende LG el año que viene, pero, en mi opinión, este CX tiene la relación calidad/precio más atractiva de todo su catálogo de 2020.

9,3

Diseño9,5
Calidad de imagen9,75
Sonido8,5
Interfaz y Software9,5

A favor

  • Su calidad de imagen global es sobresaliente
  • Nos ofrece conectividad HDMI 2.1 completa en todos los puertos
  • Implementa los nuevos modos cineasta y Dolby Vision IQ
  • Su rendimiento con contenidos HDR es notable, especialmente en espacios con poca luz ambiental
  • Su baja latencia, mínimo tiempo de respuesta y la compatibilidad con AMD FreeSync y NVIDIA G-SYNC lo aúpan como uno de los mejores televisores para videojuegos

En contra

  • No procesa contenidos HDR10+
  • El ancho de banda de los puertos HDMI 2.1 ha sido recortado a 40 Gbps
  • No descodifica audio DTS

LG OLED55CX-ALEXA - Smart TV 4K OLED 139 cm (55") con Inteligencia Artificial, Procesador Inteligente α9 Gen3, Deep Learning, 100% HDR, Dolby Vision/ATMOS, HDMI 2.1

Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de LG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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