LG Display, la filial de la compañía surcoreana especializada en la fabricación de paneles, nació a finales del siglo pasado con el objetivo de competir en el mercado de las matrices TFT-LCD. Durante esta década esta empresa se ha consolidado como uno de los mayores fabricantes de paneles OLED del mundo, pero su compromiso con la tecnología LCD sigue siendo tan firme como cuando nació hace ya dos décadas.
Esto explica por qué actualmente el porfolio de LG Electronics, la filial de LG volcada en el mercado de la electrónica de consumo, exhibe un abanico amplio tanto de televisores OLED como LCD. Durante los últimos años sus modelos OLED están acaparando los titulares y la atención, pero LG también tiene televisores LCD LED atractivos. El modelo al que dedicamos este análisis, que es su actual tope de gama con esta tecnología, lo demuestra. Tiene conectividad HDMI 2.1, un panel de 120 Hz y retroiluminación de LED Directo. Pero estas son solo algunas de sus armas.
LG NanoCell SM9800: especificaciones técnicas
El corazón de este televisor es, sin duda, su panel LCD. A diferencia de Sony y Samsung, que en sus modelos de gama más alta apuestan por matrices VA, LG se decanta desde hace ya varias generaciones por la tecnología IPS. Cada una de estas implementaciones de los paneles LCD tiene bazas e inconvenientes, por lo que sería injusto afirmar a la ligera que una de las dos tecnologías es superior a la otra desde un punto de vista global.
IPS nos ofrece un mayor ángulo de visión y un tiempo de respuesta inferior, pero VA se desmarca por su mayor contraste nativo e inferior presencia de fugas de luz. En cualquier caso, no nos interesa perder de vista que los paneles IPS y VA están arropados por otros componentes que también tienen un impacto muy profundo en la calidad de imagen, como el procesador de vídeo o la retroiluminación LED. La cooperación de estos elementos consigue impulsar las fortalezas del panel y minimizar sus carencias, por lo que en la práctica las ventajas de una tecnología sobre la otra quedan en cierta medida desdibujadas.
El panel IPS de este televisor tiene una profundidad de color de 10 bits, un refresco nativo de 120 Hz y está respaldado por un esquema de retroiluminación FALD
El panel IPS que monta este televisor tiene una profundidad de color de 10 bits y está respaldado por un esquema de retroiluminación de LED Directo o FALD (Full Array Local Dimming) que debería permitirle reproducir unos negros profundos. LG no ha desvelado en cuántas zonas independientes está divida la matriz de diodos LED para afrontar la atenuación de la retroiluminación, pero comprobaremos su rendimiento en la sección de este análisis que dedicaremos a su calidad de imagen.
El tercer componente responsable en gran medida de la calidad de imagen que nos entrega este televisor junto al panel y la retroiluminación es el procesador de vídeo. Este modelo incorpora un chip Alpha 7 de segunda generación que, según LG, ejecuta algoritmos de aprendizaje profundo capaces de analizar el tipo de contenido que estamos reproduciendo y la luz ambiental para ajustar en tiempo real la capacidad de entrega de brillo del televisor. Este procesador también se encarga de eliminar el ruido de alta frecuencia, suavizar las transiciones entre colores, ajustar la colorimetría e identificar los objetos en movimiento para aplicarles un tratamiento diferente al del fondo que permanece estático.
LG NANOCELL 55SM9800PLA | Características |
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PANEL | LCD de tipo IPS (10 bits) con retroiluminación LED Directo/FALD (Full Array Local Dimming) |
TAMAÑO | 55 pulgadas |
RESOLUCIÓN | 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) |
HDR | Dolby Vision, HDR10, HDR Technicolor y HLG |
PROCESADOR DE IMAGEN | Alpha 7 de segunda generación (procesado de 12 bits) |
GENERACIÓN DEL COLOR | NanoCell Color Pro (nanopartículas) |
MAPEADO DE COLOR | LUT 17x17x17 |
ÁNGULO DE VISIÓN | Hasta 178 grados |
SISTEMA OPERATIVO | webOS Smart TV 4.5 |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi 802.11ac Bluetooth 5.0 |
CONECTIVIDAD | 4 x HDMI 2.1, 3 x USB, 1 x salida audio digital óptica, 1 x jack 3,5 mm para auriculares y 1 x toma para antena |
SONIDO | 2.2 canales / 40 vatios de potencia total |
PROCESADO DE AUDIO | Dolby Atmos / Compatible con WiSA |
ETIQUETA ENERGÉTICA | Clase A |
DIMENSIONES | 1.229 x 779 x 315 mm (con peana) |
PESO | 19,6 kg (con peana) |
PRECIO | 1.999 euros |
Su diseño está a la altura, pero su acabado tiene margen de mejora
El diseño de este televisor es equiparable al que nos propone LG en sus modelos OLED de alta gama. Y también al de las propuestas tope de gama de competidores como Samsung, Sony o Panasonic. Sus marcos son finos y poco intrusivos y su peana es estilizada, por lo que encaja bien en un abanico de ambientes muy amplio. Además, LG ha implementado en este televisor un modo específico llamado ‘Galería’ que lo transforma en un cuadro y que toma fotografías de TripAdvisor para enseñarnos paisajes idílicos que tienen un efecto relajante. Podéis ver algunas de estas imágenes en las fotografías que ilustran este análisis.
El marco es de aluminio y está impecablemente mecanizado, por lo que transmite la sensación de ser un marco continuo y sin juntas a lo largo de todo el perímetro del televisor. La peana es de plástico, pero parece de aluminio porque está pintada en un tono que le da un aspecto metálico. Hasta aquí no tengo nada que objetar. Sin embargo, hay dos características del acabado de este televisor que, aunque no son en absoluto dramáticas, no me convencen y me veo en la obligación de comentarlas.
La primera de ellas tiene que ver con la peana. Es lo suficientemente sólida, a pesar de ser de policarbonato, para soportar el peso del televisor sin inmutarse, pero recurre a un anclaje central sobre una pletina metálica que no da a la pantalla la estabilidad que espero encontrar en un televisor de gran formato y gama alta. Si no lo tocas una vez instalado no sucede nada, pero si empujas suavemente el panel por el marco se tambalea, dándonos la sensación de que el soporte es algo endeble.
Eso sí, el televisor no corre el riesgo de volcar. Haría falta pegarle un golpe o un empujón fuerte para provocar un accidente del que en estas circunstancias no se libraría ningún otro televisor. En cualquier caso, en los modelos que tienen un tamaño respetable los pies dobles me gustan más porque dan más estabilidad al panel.
La segunda «pega» que pongo a este televisor si me ciño a su acabado tiene que ver con el panel trasero. Desde un punto de vista estético me parece acertado porque es diáfano y bastante plano, pero la plancha de policarbonato utilizada por LG en su fabricación tiene un grosor algo inferior al de los televisores de gama alta de marcas como Sony o Samsung que he probado durante los últimos meses. Al menos esta es la sensación que provoca al tocarlo. No es nada grave en absoluto, pero no debemos olvidar que este es el modelo tope de gama con panel LCD de LG y su precio no es precisamente popular. Además, esta marca tiene televisores OLED con un acabado impecable, por lo que es evidente que sabe cómo rematar bien sus propuestas. En un modelo así los detalles, por pequeños que sean, cuentan.
Experiencia de uso: bien calibrado y con un WebOS ágil
Cuando apenas llevaba diez minutos reproduciendo mis contenidos de prueba habituales me llevé la primera sorpresa agradable: este televisor viene realmente bien calibrado de fábrica. Es más, es el modelo de LG con panel LCD mejor afinado que he analizado hasta ahora. Su reproducción del color es muy precisa y absolutamente natural, con la saturación exacta. Incluso la piel de los actores es muy realista cuando la fuente original tiene la suficiente calidad y el nivel de detalle adecuado. Dudo mucho que con una herramienta de calibración profesional la mejora en lo que se refiere a la colorimetría sea importante.
El único consejo que me atrevería a dar a cualquier usuario que decida hacerse con este televisor es que ajuste la atenuación de la retroiluminación al valor intermedio, y no al máximo. De esta forma se atenuará el blooming, que es ese defecto que se manifiesta bajo la forma de unos halos que rodean las zonas más iluminadas de cada fotograma, sobre todo si la región colindante es sensiblemente más oscura. Un apunte interesante: a los usuarios que quieren ir un paso más allá y extraer de este televisor todo su potencial les alegrará saber que es compatible con el software de calibración automática CaIMAN.
El sistema operativo con el que cuenta este televisor, al igual que cualquier otro modelo de LG actual, es webOS 4.5. La experiencia que nos ofrece esta plataforma me parece muy satisfactoria porque el hardware consigue ejecutarla con mucha agilidad, haciendo muy asumibles tanto el tiempo que invierte en iniciar y cerrar las aplicaciones como la latencia cuando navegamos a través de la interfaz. Además, desde un punto de vista estético webOS me parece más atractivo que Android TV y tanto como Tizen, el sistema operativo que utiliza Samsung en sus televisores. De hecho, si tuviese que decantarme por Tizen o webOS ciñéndome a su velocidad y estética no sabría con cual quedarme. En mi opinión los dos están muy bien afinados.
Por otro lado, el mando a distancia que LG nos propone junto a este televisor es su ya habitual Magic Remote, con el que podemos desplazarnos a través de la interfaz utilizando un puntero. Me gustaron las versiones anteriores de este sistema de control, y sigue gustándome la actual porque es, ante todo, ágil. Solo tenemos que apuntar hacia el televisor con el mando, colocar el puntero encima de la opción que queremos seleccionar y pinchar sobre ella. Esto es todo. La única pequeña pega que puedo poner a este mando a distancia consiste en que solo incorpora los botones de acceso directo a Netflix y Amazon Prime Video. Habría sido una buena idea que incorporase al menos un botón de acceso adicional a YouTube porque no cabe duda de que es una app muy popular.
Calidad de imagen: lleva su panel IPS al límite de sus posibilidades
Como os he anticipado unos párrafos más arriba, una de las bazas más claras de este televisor es la forma en que resuelve el color. La implementación de los nanocristales más avanzada que tiene actualmente LG en combinación con un panel IPS le permite reproducir una gama cromática muy amplia. Pero también ayuda lo bien calibrado que viene de fábrica. Posiblemente no llegará a cubrir el 100% del espacio de color DCI-P3, en parte debido al limitado contraste nativo de los paneles IPS, pero estoy seguro de que arroja una buena cifra en este contexto.
Otra de las ventajas importantes que tienen los paneles IPS frente a los VA es su mayor ángulo de visualización, una característica que puede marcar la diferencia en los televisores de grandes pulgadas. Este modelo de LG nos ofrece unos ángulos de visión próximos a los 180 grados sin necesidad de instalar sobre el panel un filtro óptico, que es la solución por la que están optando las marcas que montan paneles VA para mejorar su ángulo de visión, aun sacrificando una parte de su contraste nativo. La degradación que sufre el color cuando miramos el televisor desde una posición muy escorada es mínima, por lo que su calidad de imagen apenas se resiente si no estamos sentados justo enfrente del panel.
Este televisor de LG nos ofrece unos ángulos de visión próximos a los 180 grados sin necesidad de instalar sobre el panel un filtro óptico
Sin embargo, hay un frente en el que este televisor no está al nivel de los modelos con panel VA. Y mucho menos a la altura de los OLED. El contraste nativo de los paneles IPS es inferior al de los VA, pero gracias al respaldo de la retroiluminación FALD este televisor consigue entregar unos negros convincentes y recuperar un nivel de detalle en regiones oscuras alto. Aun así, no está a la altura de los modelos con panel LCD VA equiparables de marcas como Sony o Samsung. Los negros que nos entregan, por ejemplo, el XG95 de Sony o el Q9FN de Samsung son más profundos. Y estos televisores también recuperan más detalle en las zonas en sombra. Este SM9800 de LG rinde bien en este escenario, pero no compite a un nivel tan alto como en materia de colorimetría y ángulo de visión.
Para poner a prueba su calidad de imagen recurrí a mis películas habituales en Blu-ray 4K y Blu-ray Disc, que son ‘La llegada’, ‘El renacido’ y ‘Blade Runner 2049’, aunque en esta ocasión añadí otra que también tiene una fotografía muy interesante: ‘First Man (El primer hombre)’. Todo lo que he afirmado en los párrafos anteriores es el resultado de mis pruebas con estas películas, pero hay un apartado en el que aún no he indagado y en el que este televisor rinde especialmente bien: la reproducción de los contenidos con HDR.
Este modelo es compatible con Dolby Vision, HDR10, HLG y HDR Technicolor, pero no con HDR10+. Como veis, su cobertura de los estándares de codificación de contenido de alto rango dinámico es amplia. Pero lo más llamativo es que es capaz de entregar un nivel de brillo muy alto (más de 1.700 nits en una ventana del 10% del panel según las mediciones de Rtings), lo que consigue que cuando el contenido acompaña su HDR sea espectacular. Aquí tenéis un buen ejemplo: la segunda secuencia de ‘El renacido’ fotografiada por Emmanuel Lubezki, en la que el grupo de Leonardo DiCaprio avanza por una zona pantanosa, luce realmente espectacular.
Cuando enviamos a este televisor una señal 1080p de alta calidad, como la procedente, por ejemplo, de una película en Blu-ray Disc, su algoritmo de escalado cumple a las mil maravillas. El nivel de detalle se resiente un poco si comparamos ese mismo contenido con la reproducción de la versión 4K UHD nativa, pero la tridimensionalidad de las imágenes y el nivel de detalle tanto en zonas oscuras como en las más iluminadas son altos. En este escenario de prueba en particular este televisor compite de tú a tú con el escalado que llevan a cabo los modelos de gama alta de marcas como Panasonic, Sony o Samsung.
HDMI 2.1 despunta con videojuegos
Actualmente LG es el fabricante de televisores que nos ofrece la implementación más ambiciosa del estándar HDMI 2.1. Sony, Samsung y Panasonic han implementado algunas de las prestaciones de esta norma en sus modelos de gama más alta, pero LG afirma que todos sus televisores OLED y LCD LED Full Array de 2019 cuentan con HDMI 2.1. Y el modelo que estamos analizando es uno de ellos.
Desafortunadamente en el mercado aún no podemos encontrar fuentes externas compatibles con HDMI 2.1, por lo que la mejor opción para revisar qué prestaciones de esta norma han sido implementadas en un televisor pasa por conectarlo a una consola Xbox One X. La máquina de Microsoft también incorpora varias de las funciones de HDMI 2.1, como la frecuencia de refresco variable o el modo automático de baja latencia, y, además, actualmente es la consola que nos ofrece la mayor potencia gráfica.
Al igual que otros televisores de gama alta recientes, el panel LCD IPS de este modelo de LG trabaja a una frecuencia de refresco nativa de 120 Hz, y esta característica es interesantísima si queremos utilizarlo con videojuegos. ¿Por qué? Sencillamente porque podemos enviarle señales 1080p@120 FPS y 1440p@120 FPS, que están soportadas por el televisor de forma nativa. LG también asegura que su interfaz HDMI 2.1 le permite lidiar con señales 4K@120 FPS desde fuentes externas. Y, efectivamente, esta norma debería permitirle hacerlo, pero tendremos que esperar hasta que haya una fuente externa con HDMI 2.1 que nos permita comprobarlo.
En la fotografía que tenéis debajo de estas líneas podéis ver que la consola Xbox One X nos permite habilitar el modo automático de baja latencia, la frecuencia de refresco variable y el submuestreo del color 4:2:2 cuando la conectamos a este televisor de LG. Estas prestaciones unidas a la posibilidad de alcanzar un refresco máximo de 120 Hz y la compatibilidad con Dolby Vision y HDR10 colocan a este televisor como una de las mejores opciones con panel LCD LED si queremos utilizarlo con videojuegos. Los modelos OLED de LG de este año también tienen HDMI 2.1 y su calidad de imagen presumiblemente es muy alta (esperamos analizar a fondo muy pronto el modelo C9), pero la combinación de la tecnología OLED y los videojuegos no está libre de provocar retención de imágenes permanente en algunas zonas del panel a largo plazo.
Para poner este televisor a prueba recurrí a ‘Halo 5: Guardians’ y ‘Forza Horizon 4’, dos juegos que en Xbox One X lucen de maravilla. Todo lo que he descrito en la sección del análisis en la que hemos analizado la calidad de imagen de este televisor es válido con los juegos. Su capacidad de entrega de brillo es notable, algo que se aprecia con claridad en los títulos con HDR, y su manejo del movimiento apenas genera desenfoque gracias al reducido tiempo de respuesta del panel IPS. En Rtings han medido un tiempo de respuesta de 5,4 ms al llevar a cabo el 80% de la transición de un color de píxel a otro, y 13,4 ms al completar el 100% de la transición. Estas cifras son realmente buenas y defienden lo cómodo que se siente este televisor con los videojuegos.
La latencia de entrada al activar el modo ‘Juego’ se reduce considerablemente porque el televisor desactiva la mayor parte de los algoritmos de procesado de la imagen. En este escenario de uso la latencia que arroja tanto con señales 1080p a 60 Hz como 4K a 60 Hz queda por debajo de los 14 ms, que es un resultado excelente. Las medidas que han obtenido en Rtings al enviar al televisor señales de vídeo 1080p y 1440p a 120 Hz son aún más impresionantes porque se mueven en la órbita de los 7 ms, que es un resultado espectacular. Sí, definitivamente este es un televisor muy atractivo para videojuegos.
La mejor experiencia requiere apostar por una barra de sonido
El audio es en gran medida responsable de nuestra experiencia cuando disfrutamos películas y videojuegos. Los fabricantes conocen perfectamente las limitaciones que impone el volumen de la caja de sus televisores al reproducir el sonido, por lo que todos, sin excepción, tienen un abanico más o menos amplio de barras de sonido que pretenden llegar allí donde no llegan sus teles. Este modelo de LG apuesta por una topología de 2.2 canales y tiene una sección de amplificación con una potencia total de 40 vatios. Además, es capaz de procesar audio Dolby Atmos.
Sobre el papel sus especificaciones sonoras no están nada mal, y realmente no suena mal. Es capaz de ofrecernos un nivel de presión sonora muy decente y el procesado Dolby Atmos recrea un espacio sonoro amplio, aunque yo no diría que es capaz de envolvernos. Pero si queremos que nuestra experiencia sonora esté a la altura de las imágenes de este televisor lo ideal es que apostemos por una barra de sonido, o, mejor aún, por un equipo multicanal 5.1 o con una topología aún más ambiciosa.
La misma LG tiene barras de sonido atractivas que encajan muy bien con la estética de sus televisores, como los modelos SK8 y SK9Y con Dolby Atmos, o, mejor todavía, la SK10Y, que ha sido afinada por Meridian, una compañía británica muy respetada en el mercado de la alta fidelidad. He tenido la oportunidad de escuchar esta última barra de sonido, aunque no con la calma necesaria para emitir un veredicto definitivo. Lo que sí puedo deciros es que suena de maravilla.
LG NanoCell SM9800: la opinión y nota de Xataka
Este televisor de LG tiene varias bazas contundentes que le permiten desmarcarse con claridad de buena parte de sus competidores. La más atractiva es, sin duda, su compatibilidad con la norma HDMI 2.1. De hecho, aunque otros fabricantes han introducido en sus televisores de gama alta algunas de las prestaciones asociadas a esta conexión actualmente es LG la marca que nos ofrece la implementación de HDMI 2.1 más ambiciosa.
También tiene a su favor un ángulo de visión más amplio que el que nos ofrecen los televisores LCD con panel VA, una característica que por encima de las 55 pulgadas adquiere mucha relevancia. Y, además, su calidad de imagen global es equiparable a la que nos proponen otros televisores con panel LCD de precio similar. Si a todo esto sumamos que su rendimiento con videojuegos es estupendo gracias a la presencia de HDMI 2.1 y a sus reducidos tiempo de respuesta y latencia de entrada es razonable concluir que merece la pena tenerlo en cuenta.
No obstante, también adolece de algunas áreas en las que tiene margen de mejora, y que lo alejan de esa «redondez» que nos habría animado a darle una nota un poco más alta. Uno de estos apartados es su capacidad de reproducción de los negros y de recuperación de detalle en zonas oscuras. Rinde bien, pero no está a la altura de los modelos con panel LCD VA de gama alta de marcas como Sony o Samsung. Además, aunque no es nada grave, tampoco me ha convencido su peana porque no le da la estabilidad que debemos exigir a un televisor de 2.000 euros. En cualquier caso, mi valoración global es positiva. De hecho, me parece uno de los televisores con panel LCD más atractivos para videojuegos que podemos comprar actualmente.
8,5
A favor
- Su calidad de imagen global está a muy buen nivel
- Incorpora conectividad HDMI 2.1 en los cuatro puertos
- Amplios ángulos de visión
- Su rendimiento con videojuegos es sobresaliente
- WebOS es rápido y poco intrusivo
En contra
- Sus negros y detalle en sombras son inferiores a los de otros televisores LCD con panel VA
- La peana no da al televisor la estabilidad que merece un modelo de gama alta
- Su soporte HDR es amplio, pero es una pena que no sea compatible con HDR10+
Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de LG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
Televisor LG NanoCell 55SM9800PLA 4K UHD HDR Dolby Vision con Inteligencia Artificial
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