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Knops, análisis: parecen unos auriculares, pero no lo son; son unos tapones con control de volumen del ruido que nos rodea

El ritmo inagotable con el que llegan nuevos productos de electrónica de consumo al mercado ha provocado que la capacidad de sorpresa de muchos usuarios esté bajo mínimos. Y es que es normal que a muchos de nosotros nos cueste sorprendernos en un mundo en el que parece que todo está inventado. Pero, en realidad, esta visión es una ilusión. Afortunadamente, no está todo inventado. El producto al que vamos a dedicar este análisis es un claro ejemplo de que aún queda margen para la originalidad y la innovación.

Aunque es fácil confundir estos Knops con unos auriculares de diseño intraaural, no lo son. De hecho, ni siquiera son unos auriculares; son unos tapones. Eso sí, son unos tapones bastante sofisticados e ideados para permitirnos bajar a nuestro antojo el volumen del ruido ambiental que nos rodea allá donde vayamos. Podemos utilizarlos en la calle para atenuar el ruido del tráfico, en un concierto para reducir el nivel de presión sonora o en cualquier otro escenario que se nos ocurra donde nos apetezca minimizar el ruido que nos envuelve. Esto es lo que nos prometen sus creadores, así que os propongo que descubramos juntos si realmente han alcanzado su objetivo.

Esto es lo que nos proponen: reducir el ruido ambiental hasta -30 dB

Knops, la empresa responsable del diseño y la fabricación de estos tapones «a la última», es una startup holandesa dirigida por el ingeniero Richard de Jong. Para financiar su producto él y su equipo recurrieron a Indiegogo y Kickstarter, que, como sabéis, son dos de las principales plataformas de micromecenazgo, y en solo 24 horas lograron recaudar el dinero que necesitaban para poner en marcha su proyecto.

Desde entonces ya ha pasado más de un año y medio, por lo que actualmente es posible comprar estos tapones directamente en la tienda on-line de Knops. Su precio varía dependiendo del acabado que elijamos, pero el punto de partida son los 85 euros que cuesta el modelo estándar. La versión más lujosa tiene el anillo metálico del que hablaremos más adelante bañado en oro y cuesta 125 euros.

La característica más curiosa de este producto es, sin duda, la ausencia de componentes activos. No tiene ningún circuito electrónico ni un micrófono que lo asemeje a los auriculares con cancelación de ruido que conocemos. De hecho, su principio de funcionamiento no tiene nada que ver con el de los auriculares con cancelación de ruido. Los Knops son completamente pasivos, por lo que no requieren la utilización de ninguna fuente de energía. Ni pilas ni batería. Nada de nada.

Estos sofisticados tapones recurren al filtrado mecánico del sonido que capturan del entorno para reducir el nivel de presión sonora, según sus diseñadores, un máximo de -30 dB

Esta cualidad nos da una pista bastante certera acerca de cómo funcionan: recurren al filtrado mecánico del ruido. La página web de Knops apenas nos ofrece detalles un poco más profundos que nos ayuden a descubrir su principio de funcionamiento, pero básicamente lo que consiguen es atenuar el ruido ambiental filtrando el sonido que capturan mediante componentes pasivos. Según sus creadores, estos tapones consiguen reducir el nivel de presión sonora un máximo de -30 dB, atenuando todas las frecuencias con la misma intensidad para, de esta forma, proporcionarnos una curva de la respuesta en frecuencia plana.

Si nos ceñimos a su arquitectura los dos elementos más interesantes que merece la pena que conozcamos son su cono, con forma de bocina y similar al de los gramófonos que se utilizaban para escuchar sonido grabado desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX, y su anillo de control de la atenuación.

Los dos elementos clave de estos tapones son su cono con forma de bocina y su anillo de control de la atenuación

La forma de bocina del cono actúa comprimiendo el frente de onda de las ondas sonoras, atenuándolas gracias a que se propagan desde la parte más externa y ancha, que se llama embocadura, hacia la más estrecha, que se conoce como garganta. Este efecto es justo el contrario al que se produce cuando las ondas sonoras resultan «amplificadas» debido al efecto que tiene sobre el frente de onda su propagación desde la garganta hacia la embocadura en, por ejemplo, las cajas acústicas con bocinas exponenciales o los megáfonos.

Por otro lado, el anillo de control de la atenuación nos permite actuar sobre la intensidad de la reducción del ruido ambiental, eligiendo una atenuación de -0, -10, -20 o -30 dB en función de las circunstancias en las que nos encontremos. La primera opción, -0 dB, tiene un impacto reducido en la intensidad del sonido, mientras que -30 dB nos proporciona la atenuación más intensa. Aunque Knops no da ningún detalle al respecto intuyo que en la base de los tapones, que es la parte que entra dentro de nuestro canal auditivo, han instalado unos filtros diseñados para absorber una parte de la energía de las ondas sonoras, de manera que el anillo de control de la atenuación actúa sobre ellos.

Diseño y ergonomía: se sienten como unos intrauriculares convencionales

El acabado de estos tapones es convincente. El recinto es de plástico, pero se trata de un policarbonato de buena calidad, y el anillo de control de la atenuación es metálico y está bien mecanizado. Junto a los tapones Knops nos ofrece una funda que nos permite transportarlos con seguridad (podéis verla en la fotografía de portada de este análisis), así como cuatro parejas de almohadillas de recambio, además de las que vienen preinstaladas.

Una vez que nos colocamos los tapones nos ofrecen una sensación muy similar a la de unos intraauriculares convencionales. Cualquier persona que utilice unos auriculares de este tipo con cierta frecuencia se acostumbrará a los Knops enseguida. Además, colocarlos es sencillo, pero requiere previamente alinear una diminuta protuberancia del recinto con la concha de nuestra oreja, que es una pequeña depresión localizada en la cara externa del pabellón auricular.

Para utilizarlos lo único que tenemos que hacer es girar el anillo de control de la atenuación hasta encontrar el ajuste que nos proporciona la reducción del ruido ambiental que mejor encaja con nuestras necesidades en un momento dado. Esto es todo. Lo único que echo de menos es la presencia en el anillo de un mecanismo de clic que indique con claridad al usuario en qué medida es necesario girarlo para pasar de un ajuste al siguiente. El único indicativo que nos ofrece para proporcionarnos esta información es una mayor resistencia al giro cuando habilitamos un nuevo ajuste de filtrado, pero un pequeño clic resultaría más claro para el usuario.

Así rinden los Knops «en combate»

Para probar estos tapones a fondo decidí utilizarlos durante una semana consecutiva en ambientes muy distintos: caminando por la calle, viajando en el Metro, en el interior de un bar, durante un concierto, en el ambiente relajado de mi casa, corriendo junto al arcén de una carretera por la que pasaban coches con frecuencia, etc. ¿Funcionan? Sí, lo hacen. Basta colocárselos en un ambiente relativamente ruidoso para darse cuenta de que consiguen absorber buena parte de la energía de las ondas sonoras que de otro modo entrarían intactas en el canal de nuestra oreja.

En mi opinión absorben con más eficacia las frecuencias más altas que las medias y el extremo grave (algo que por otra parte es comprensible porque las frecuencias bajas son las más difíciles de filtrar), por lo que su respuesta no es tan plana como nos prometen los ingenieros de Knops. Aun así, este no es ni mucho menos un problema grave porque la atenuación en todo el espectro de frecuencias audible es claramente perceptible. Eso sí, la reducción máxima de -30 dB que, según sus creadores, son capaces de ofrecernos estos tapones, me parece excesivamente optimista.

Desafortunadamente, no tengo el instrumental necesario para medir con precisión el rendimiento acústico de estos tapones, pero mis sensaciones reflejan que su capacidad de atenuar el ruido ambiental no llega a los -30 dB. Estoy razonablemente seguro de que se quedan por debajo de esta cifra, aunque su rendimiento es, aun así, bastante notable. Esto significa, por otro lado, que no nos ofrecen una absorción total del sonido, algo que, por otra parte, Knops no nos «vende». Son honestos porque en ningún momento dicen que su producto esté diseñado para aislarnos completamente del ruido ambiental.

Knops: la opinión de Xataka

La llegada al mercado de un producto como este se agradece. Estos tapones representan un soplo de aire fresco en un momento en el que no es fácil encontrar ideas realmente originales. Su precio me parece algo elevado, y creo que si no estuviese por encima de los 50 euros su atractivo sería sensiblemente mayor. A su favor tienen un rendimiento que, aunque en mi opinión no alcanza la capacidad de absorción de ruido ambiental que nos prometen sus creadores, es muy interesante porque puede ayudarnos a sobrellevar mejor el tiempo que permanecemos en aquellos espacios con un nivel de presión sonora muy elevado.

Estos tapones también pueden ayudarnos a concentrarnos más cuando estudiamos y a conciliar mejor el sueño

No obstante, este no es el único escenario de uso en el que los Knops son apetecibles. También pueden resultar útiles para mejorar nuestra capacidad de concentración cuando estudiamos, e, incluso, para que las personas que se desvelan fácilmente puedan conciliar mejor el sueño. En cualquier caso, no debemos olvidar que están lejos de aislarnos completamente del entorno. Los usuarios que buscan una cancelación del ruido que sea lo más eficaz posible harán bien en apostar por unos auriculares con cancelación activa, como, por ejemplo, los Sony WH-1000XM3 que analizamos en Xataka hace varias semanas, y que tienen una cancelación del ruido realmente sobrecogedora.

Un último apunte antes de dar por concluido este análisis: los tapones de Knops también tienen a su favor una ausencia casi total de mantenimiento. Como hemos visto, no incorporan ni pilas ni una batería, por lo que no tenemos que preocuparnos por su autonomía. La única tarea que tendremos que llevar a cabo con cierta frecuencia no es otra que limpiarlos con un paño suave y lavar las almohadillas con agua tibia para retirar el cerumen que se irá acumulando en ellas poco a poco. Más allá de esta tarea no requieren ningún mantenimiento.

Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de Knops. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas

Más información | Knops

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