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Hisense ULED H50U7B, análisis: al asalto de la gama media gracias a su compatibilidad con Dolby Vision y HDR10+

Las compañías chinas llevan varios años demostrando que tienen una capacidad de innovación equiparable a la de las empresas japonesas, surcoreanas y occidentales. Marcas como Huawei, Xiaomi, OPPO o OnePlus, entre otras, tienen desde hace varios años un rol protagonista en el mercado de los smartphones. En el de los televisores la presencia de las compañías chinas aún no es tan contundente como en el de los teléfonos móviles, pero poco a poco van ganando competitividad.

Hisense es uno de los fabricantes de televisores chinos con más visibilidad en el mercado español. De hecho, podemos encontrar sus propuestas en buena parte de las grandes cadenas comerciales. Pero lo realmente interesante es que no solo compite en las gamas de entrada y media, en las que prevalece la relación calidad/precio, sino también en la gama alta gracias a modelos como su H65U9A, que pasó por nuestro laboratorio hace algunas semanas. El modelo de la familia U7B al que dedicamos este análisis se afianza en la gama media, pero ha heredado algunas de las tecnologías de la más ambiciosa serie U9A. Y esto, a priori, lo hace interesante. Veamos si está o no a la altura de nuestras expectativas.

Hisense H50U7B: especificaciones técnicas

El panel no es ni mucho menos el único elemento importante en un televisor, pero tiene un impacto claro en su calidad de imagen. El que ha utilizado Hisense en este modelo es de tipo LCD y utiliza la tecnología VA (Vertical Alignment), por lo que es razonable presuponer que dos de sus bazas serán su alto contraste nativo y su luminosidad, y dos de sus hándicaps sus ángulos de visión y su reproducción del color, dos características en las que habitualmente los paneles LCD IPS son superiores.

Afortunadamente, los fabricantes de televisores han puesto a punto innovaciones que consiguen minimizar las carencias propias de la tecnología utilizada por el panel. Dos de ellas son los nanocristales, que permiten a los televisores LCD VA competir de tú a tú con los paneles IPS en el ámbito de la reproducción del color, y los filtros ópticos que consiguen mejorar los ángulos de visión de los paneles LCD VA. Aunque, eso sí, sin llegar a igualar los ángulos de los paneles IPS y dejándose casi siempre por el camino una pequeña porción de su alto contraste nativo.

Precisamente, lo más interesante de este televisor de Hisense, sobre todo si tenemos presente que es una solución de gama media que es posible encontrar por menos de 600 euros gracias a ofertas puntuales, es comprobar si las tecnologías que ha introducido esta marca china consiguen paliar con eficacia las carencias de su panel VA. Y uno de los elementos clave en este terreno es el algoritmo de control de la retroiluminación LED por su impacto en el contraste y la capacidad del televisor a la hora de recuperar información tanto en las zonas más oscuras como en las más iluminadas de cada fotograma.

El esquema de retroiluminación implementado por Hisense en este televisor es periférico y no de tipo Full Array Local Dimming (FALD), como cabe esperar de un televisor de precio contenido. Esto significa que los diodos LED que se encargan de iluminar el panel están colocados en el margen de este y no en una matriz alojada detrás de él, que es la estrategia utilizada habitualmente en los televisores LCD de gama alta. Más adelante, en la sección que dedicaremos a la calidad de imagen, comprobaremos si la retroiluminación y el algoritmo de atenuación local están a la altura de los implementados en los mejores televisores Edge LED.

Sin lugar a dudas, una de las bazas más llamativas de este televisor es su compatibilidad con los formatos HDR más relevantes. Y es que no solo puede lidiar con contenidos HDR10 y HLG, sino también con material HDR10+ y Dolby Vision, lo que refleja que es capaz de procesar metadatos dinámicos. En el mercado hay otros televisores compatibles con todos estos formatos, como, por ejemplo, la mayor parte de las propuestas que ha lanzado este año Panasonic, pero no es habitual que un televisor de 700 euros contemple esta posibilidad.

A pesar de su comedido precio este televisor es capaz de reproducir contenidos codificados en los formatos HDR más relevantes, como son Dolby Vision, HDR10, HDR10+ y HLG

En lo que concierne a la colorimetría Hisense asegura que este televisor es capaz de cubrir el 74% del espacio de color BT.2020, una capacidad que no está nada mal, especialmente si tenemos presente que se trata de un modelo de gama media. Este estándar fue concebido para permitir al vídeo 4K y 8K reproducir tres cuartas partes del espectro de color visible, lo que nos recuerda que el salto de Full HD a 4K UHD no conlleva únicamente un incremento notable de la resolución, sino también una mejora muy importante en lo que concierne a la capacidad de reproducción del color que tienen los televisores actuales.

Por último, antes de que echemos un vistazo a las especificaciones detalladas de este televisor merece la pena que nos detengamos un momento para apuntar que de ejecutar los algoritmos de procesado y de correr el sistema operativo se encarga un nuevo procesador de imagen al que Hisense llama Hi-View Pro Engine. Este chip incorpora cuatro núcleos y según la marca china es capaz de mover la interfaz con la que interactuamos con más agilidad que los chips de MediaTek que utilizaban anteriores televisores de Hisense. Un poco más adelante comprobaremos si la experiencia que nos ofrece este procesador está realmente a la altura.

HISENSE H50U7B Características
PANEL LCD VA con retroiluminación Edge LED y resolución 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) de 50 pulgadas
TECNOLOGÍA DE PANEL 8 bits + FRC
RELACIÓN DE ASPECTO 16:9
FRECUENCIA DE REFRESCO VSYNC 60 Hz
CONTRASTE 4.000:1 (típico)
ENTREGA DE BRILLO 300 nits
TECNOLOGÍA DE ATENUACIÓN DE LA RETROILUMINACIÓN Retroiluminación LED periférica con atenuación local
HDR Dolby Vision, HDR10, HDR10+ y HLG
ÁNGULOS DE VISIÓN 178º/178º
COBERTURA DE ESPACIOS DE COLOR 74% (BT.2020)
PROCESADOR DE IMAGEN Hi-View Pro Engine Quad Core/MSD6886
DECODIFICADOR HEVC (H.265), VP9, H.264, MPEG-4, MPEG-2, VC1 y MVC
SONIDO 2 x 10 vatios / Procesado Dolby Atmos
SISTEMA OPERATIVO VIDAA U3.0
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA WiFi 802.11ac Dual Band
Bluetooth 4.2
CONECTIVIDAD 4 x HDMI 2.0, 1 x CI+, 2 x USB 2.0, 1 x salida óptica, 1 x entrada audio RCA, 1 x entrada de vídeo compuesto y 1 x RJ-45
SINTONIZADORES DVB-T2 2 x DVB-T2/T/C/S2/S
ETIQUETA ENERGÉTICA Clase A
DIMENSIONES 1.112 x 296 x 711 mm (con peana)
PESO 15,5 kg (con peana)
PRECIO 699 euros

Diseño y acabado: no es un televisor lujoso, pero convence

En lo que concierne al diseño, Hisense ha hecho los deberes. Como podéis ver en las fotografías que ilustran este artículo los marcos de este televisor son muy finos y su peana es estilizada, como cabe esperar de un modelo de última hornada. De hecho, los marcos laterales y superior tienen un grosor de apenas 3 mm, lo que le permite codearse con los televisores de gama alta más estilizados tanto de la propia Hisense como de otros fabricantes.

El marco es de aluminio y está bien mecanizado, pero la mayor parte de la caja del televisor es de plástico. El policarbonato utilizado por Hisense en este modelo no parece frágil, pero no transmite la misma sensación de robustez que el plástico utilizado, por ejemplo, por Sony, Samsung o LG en sus televisores de gama media. Aun así, no es en absoluto nada grave porque cuando se manipula este televisor para desempaquetarlo e instalarle la peana no transmite sensación de fragilidad.

En las fotografías podéis ver que la peana está anclada en el centro de la caja del televisor, pero queda fijada gracias a una pletina de acero bastante robusta que consigue darle una estabilidad satisfactoria. La versión de este televisor que hemos tenido la oportunidad de analizar es la de 50 pulgadas, y esta peana le da una robustez convincente. Este mismo modelo también está disponible en 55 y 65 pulgadas, y no creo que su estabilidad varíe mucho en el caso de que recurran a esta misma peana, que es lo que probablemente sucederá. Eso sí, según mi experiencia en los televisores de más de 65 pulgadas los pies laterales y las peanas como la del modelo H65U9A de la propia Hisense suelen ofrecer una estabilidad mayor que la de esta peana con anclaje central.

Como podéis ver en la siguiente fotografía, la cara posterior del televisor es diáfana. Además, la mitad superior tiene un grosor de solo 7,90 mm. Normalmente esta parte de los televisores no queda expuesta, y, por tanto, que sea más o menos «limpia» y estilizada no es crucial, pero no está de más que las marcas también le presten atención porque puede haber usuarios que necesiten colocar el televisor en espacios que permiten ver su parte trasera. Y en este escenario de uso si también es bonito por detrás, mejor. Y sí, este televisor de Hisense es bastante bonito por detrás.

Esta es la experiencia de uso que nos propone este televisor

Hisense utiliza como plataforma de software para sus televisores el sistema operativo VIDAA, un desarrollo de la propia marca china que hasta la versión U2.5 parecía inspirarse con bastante claridad en Android. Curiosamente, la revisión U3.0 preinstalada en este televisor se parece más desde un punto de vista estético a Tizen, el sistema operativo utilizado por Samsung en sus televisores, que a Android. Podéis ver el diseño de su interfaz en la fotografía que tenéis debajo de estas líneas. En mi opinión esta es una buena noticia porque este software ahora es menos intrusivo y tiene un acabado más estilizado, así que creo que Hisense ha tomado la dirección adecuada.

Por otro lado, el SoC con cuatro núcleos MSD6886 que, entre otras funciones, se encarga de ejecutar el sistema operativo, mueve la interfaz con más fluidez que el chip de MediaTek incorporado en anteriores televisores de esta marca. Aun existe un pequeño desfase entre el instante en el que damos al dispositivo una orden desde el mando a distancia y el momento en el que esta tiene un efecto en la pantalla del televisor, pero la mejora es perceptible si comparamos esta latencia, por ejemplo, con la del modelo H65U9A de la propia Hisense que analizamos a principios de este mismo año.

Si nos ceñimos al tiempo que invierte este televisor en iniciar las aplicaciones el retardo es similar al que nos proponen los modelos de gama media de otras marcas. No es tan rápido en este terreno como los televisores de gama alta de Samsung o los últimos modelos de Sony, que han mejorado mucho en este ámbito, pero cumple, sobre todo si tenemos en cuenta que por su precio juega en otra liga. Además, VIDAA U3.0 es compatible con Alexa, la inteligencia artificial de Amazon, por lo que no solo podemos controlar el televisor con nuestra voz, sino también interactuar con él utilizando como intermediario un altavoz que incorpore este asistente inteligente.

La característica de este televisor que más me sorprendió cuando empecé las pruebas de calidad de imagen fue su calibración de fábrica. Se nota que Hisense se ha esmerado para ofrecernos una colorimetría bien afinada porque apenas tuve que tocar ligeramente la corrección gamma y el balance de blancos para conseguir que tuviese el acabado estético que a mí me gusta (el parámetro gamma está asociado a la capacidad que tiene el televisor de recuperar información tanto en las zonas más iluminadas como en las más oscuras de cada fotograma). No está tan minuciosamente calibrado como los televisores de Sony o Panasonic, que, en mi opinión, son los que mejor ajustados vienen de fábrica, pero nos propone un color muy natural con el que muchos usuarios estarán a gusto sin necesidad de tocar nada.

El diseño del mando a distancia, como podéis ver en la siguiente fotografía, es convencional, pero tiene una característica que valoro positivamente: incorpora botones de acceso directo a algunas de las apps que más utilizamos los usuarios, como Netflix, YouTube o Amazon Prime Video. No es sorprendente en absoluto que el mando a distancia de un televisor cuente con estos botones, pero lo habitual es que tenga dos y no cuatro. Y me parece una decisión acertada porque tiene un impacto positivo en nuestra experiencia en la medida en que evita que tengamos que navegar por la interfaz del televisor cada vez que queramos iniciar Netflix o YouTube, que, sin duda, son dos de las apps más populares.

Su sonido está a buen nivel

Una de las bazas más contundentes del último televisor de Hisense que hemos analizado, el modelo H65U9A que he mencionado ya varias veces en este artículo, es su sorprendente sonido. El audio de este televisor no está tan logrado como el de aquel, pero supera con bastante rotundidad las prestaciones sonoras de buena parte de los televisores de gama media del mismo nivel de precio. Incluso suena mejor que muchos modelos sensiblemente más caros de otras marcas, lo que no deja lugar a dudas acerca de la importancia que da Hisense al sonido. Y se agradece que sea así porque el audio, al igual que las imágenes, tiene un impacto directo en nuestra experiencia.

Este televisor es capaz de procesar sonido Dolby Atmos e incorpora un ecualizador que nos permite afinar el audio a nuestro gusto

Como podéis ver en la siguiente fotografía, los altavoces están alojados en la mitad inferior de la parte posterior de la caja del televisor, que es sensiblemente más gruesa que la sección superior. Están excitados por dos amplificadores de 10 vatios que trabajan en clase D y respaldados por una electrónica que es capaz de procesar audio Dolby Atmos. En cualquier caso, lo que más me ha sorprendido del sonido de este televisor es que consigue alcanzar un nivel de presión sonora importante manteniendo la distorsión bajo control.

Una buena barra de sonido o un equipo multicanal dedicado nos ofrecerá un audio más impactante y preciso, pero aquellos usuarios que no quieren gastar más dinero en su equipamiento de A/V podrán disfrutar el sonido de este televisor sin sentir constantemente que se están perdiendo algo. Y es que incluso su grave tiene una pegada notable. Además, a través del sistema operativo podemos acceder a un ecualizador que resulta muy útil para afinar el sonido de acuerdo a nuestras preferencias, pero es recomendable no reforzar excesivamente el extremo grave porque al hacerlo podría incrementarse sensiblemente la distorsión.

Calidad de imagen: su panel es de 8 bits con FRC, pero el procesado está afinado

El panel LCD VA que utiliza este televisor tiene una profundidad de color de 8 bits y no de 10 bits como tienen muchos de sus competidores. Estos dos bits adicionales permiten codificar una gama de colores más amplia, pero para minimizar esta desventaja Hisense ha recurrido a la tecnología FRC (Frame Rate Control), una técnica que le permite generar un espacio de color más amplio utilizando píxeles adyacentes de colores diferentes que nos brindan la sensación de que estamos contemplando un tercer color que, en realidad, no forma parte del espacio de color del panel de 8 bits.

Es evidente que se trata de un truco que no nos ofrece la precisión en la reproducción del color que alcanzan los paneles de 10 bits nativos, que, además, también son capaces de llevar a cabo un procesado y una gestión del color de 12 bits mediante técnicas FRC. Pero funciona. Y es que como mencioné unos párrafos más arriba este televisor consigue reproducir el color con naturalidad y bastante precisión gracias en gran medida a una calibración bien afinada.

Según Hisense su contraste típico es 4.000:1, una cifra que sobre el papel no está nada mal pero que en la práctica no consigue ofrecernos ni el nivel de detalle en regiones oscuras ni unos negros tan profundos como los televisores que incorporan retroiluminación FALD. El rendimiento de la retroiluminación LED periférica de este televisor cumple, pero tiene un margen de mejora importante tanto al recuperar detalle en las regiones más oscuras de cada fotograma como en las más iluminadas. Es algo que resulta fácil apreciar al reproducir dos de mis películas habituales de prueba en formato Blu-ray 4K: 'El renacido' y 'La llegada'.

Como hemos visto, una de las bazas más atractivas de este televisor es su compatibilidad con los formatos HDR más relevantes, pero no debemos pasar por alto que su capacidad de entrega de brillo es limitada. Según Hisense es capaz de entregar unos comedidos 300 nits, y mi percepción es coherente con esa cifra. Esto significa, sencillamente, que su HDR es modesto y dista mucho de la experiencia que nos ofrecen los televisores que son capaces de arrojar hacia nuestros ojos unos picos de brillo superiores a los 1.000 nits.

Los algoritmos de escalado y mejora del movimiento de este televisor rinden razonablemente bien

Por otro lado, el algoritmo de mejora del movimiento que han implementado los ingenieros de Hisense rinde bien debido a que consigue incrementar perceptiblemente la definición del contorno de los objetos en movimiento. Y el escalado también está a buen nivel, especialmente el que lleva a cabo cuando suministramos al televisor una señal 1080p que no está excesivamente comprimida, como, por ejemplo, la procedente de una película en Blu-ray Disc. De hecho, curiosamente, el algoritmo de escalado en estas condiciones trabaja tan bien que me resultó muy difícil encontrar diferencias entre las versiones de 'El renacido' en Blu-ray Disc y Blu-ray 4K utilizando como fuente una consola Xbox One X.

No puedo concluir esta sección del análisis sin indagar en uno de los hándicaps de los paneles VA: el ángulo de visión. Algunas marcas están consiguiendo incrementar sensiblemente el ángulo de visión horizontal de sus televisores colocando delante del panel un filtro óptico que se responsabiliza de incrementar la dispersión de la luz. Este modelo de Hisense tiene margen de mejora en este ámbito debido a que cuando nos colocamos fuera de su eje central nuestra percepción del color se deteriora progresivamente a medida que nos desplazamos hacia una posición más escorada. Es importante tener esto en cuenta si queremos colocar el televisor delante de un sofá amplio en el que pueden sentarse varias personas.

Así rinde con videojuegos

Para poner a prueba este televisor con videojuegos recurrí a la consola Xbox One X que es desde hace mucho una de las piezas imprescindibles de nuestro laboratorio. Los juegos elegidos fueron 'Forza Horizon 4' y 'Halo 5: Guardians'. Como suele ser habitual es imprescindible que activemos el modo juego antes de empezar una partida si queremos reducir significativamente la latencia de entrada. Al hacerlo el televisor desactiva la mayor parte del procesado de las imágenes, y esto tiene un impacto positivo en nuestra experiencia porque las órdenes que enviamos a la consola a través del mando de control se reflejan con más rapidez en la pantalla.

Curiosamente, para activar el modo juego no tenemos que dirigirnos a la sección del menú de ajustes en la que encontraremos los demás modos de imagen, como 'Dinámico', 'Deportes' o 'Noche de cine'. El modo 'Juego' tiene su propio parámetro de activación dentro de la sección de ajustes del televisor. Cuando entra en acción su impacto en nuestra experiencia es beneficioso, pero no tiene la última palabra en materia de reducción de la latencia de entrada. De hecho, según mi experiencia se mueve en la órbita de los 40 a 50 ms, una cifra que no está mal y nos permite jugar relativamente bien, pero que queda lejos de la mínima latencia de entrada que nos proponen los televisores más avanzados de marcas como Sony o Samsung, que se mueven en el rango de 15 a 20 ms.

Hisense H50U7B: la opinión y nota de Xataka

Este televisor de Hisense es una propuesta interesante. Por un lado su compatibilidad con Dolby Vision, HDR10+ y HDR10, así como su afinada calibración de fábrica, le permiten mirar de tú a tú a televisores mucho más caros de otras marcas. Pero, al mismo tiempo, tiene algunas de las carencias habituales en los modelos de gama media, que es el segmento en el que compite realmente. En cualquier caso, junto a su amplio soporte HDR y cuidada colorimetría brillan también un sonido convincente y un sistema operativo que, aunque aún tiene margen de mejora, ha evolucionado mucho y bien si lo comparamos con la edición que Hisense instaló en sus televisores el año pasado.

En su debe tiene la utilización de un panel de 8 bits, y no de 10 bits, así como una capacidad de entrega de brillo comedida que no permite a los contenidos HDR entregarnos lo mejor de sí mismos y unos ángulos de visualización mejorables. En cualquier caso, no debemos pasar por alto que este televisor tiene 50 pulgadas y cuesta menos de 700 euros. Por esta razón, es una opción atractiva que merece la pena considerar siempre que busquemos un televisor amplio y nuestro presupuesto no nos permita ir más allá de esos 700 euros. Esta es la liga en la que este modelo se siente cómodo y el segmento en el que puede rivalizar sin complejos con sus competidores asiáticos y occidentales.

8,1

Diseño8,25
Calidad de imagen7,5
Sonido8,25
Interfaz y Software8,5

A favor

  • Es compatible con Dolby Vision, HDR10+ y HDR10
  • La colorimetría viene muy bien afinada de fábrica
  • La interfaz de VIDAA ha mejorado mucho y ahora es menos intrusiva
  • Su sonido está a un buen nivel

En contra

  • Su panel es de 8 bits con FRC y no de 10 bits
  • Su capacidad de entrega de brillo es comedida y su HDR no resulta muy impactante
  • Los ángulos de visualización tienen un margen de mejora amplio

El televisor ha sido cedido para la prueba por parte de Hisense. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

Televisor Hisense H50U7B 4K UHD ULED Smart TV

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