El despliegue a buen ritmo de conexiones de fibra óptica es una muy buena noticia. Y será aún mejor cuando esta tecnología esté disponible para cualquier persona que desee utilizarla, incluso para aquellas que viven en pequeños núcleos rurales. Y es que la fibra óptica nos garantiza una velocidad de conexión a Internet muy elevada (de al menos 30 Mbps en las modalidades más económicas), así como un enlace simétrico que nos permite disfrutar la misma velocidad de subida que de bajada.
Sin embargo, hay un reto en cuya solución la fibra óptica no puede intervenir: la gestión del tráfico y de las conexiones que se establecen dentro de nuestras casas. Cada vez tenemos más dispositivos dotados de una interfaz inalámbrica (ordenadores portátiles, smartphones, tabletas, televisores, consolas de videojuegos, etc.) que compiten entre ellos para acaparar el ancho de banda de nuestra conexión a Internet. Además, hay otro problema que en mayor o menor medida nos afecta a todos los que tenemos en casa una red WiFi: la calidad de la señal y la cobertura no son ni mucho menos homogéneas.
De ahí que, por muy rápida que sea nuestra conexión a Internet, nuestra experiencia pueda irse al traste si la conectividad inalámbrica dentro de nuestra instalación no da la talla. Estos son, precisamente, los problemas que pretende resolver el producto de D-Link que vamos a analizar en este artículo. Veamos en qué medida consigue, o no, su objetivo.
D-Link COVR-P2502: especificaciones técnicas
En el interior del paquete que contiene la solución que nos propone D-Link encontraremos tres elementos hardware: los dos puntos de acceso WiFi Mesh que combinan la conectividad PLC Homeplug AV/AV2.0 y el WiFi IEEE 802.11ac, y, por último, un cable Ethernet UTP plano de categoría 5e. Si echáis un vistazo a la tabla de especificaciones que tenéis en esta misma sección del análisis veréis que, además de las interfaces PLC y WiFi, cada punto de acceso incorpora tres puertos de conexión Gigabit Ethernet, por lo que la comunicación entre nuestros dispositivos y los elementos de red WiFi Mesh no tiene necesariamente que establecerse recurriendo a un enlace inalámbrico.
Los puntos de acceso WiFi Mesh que nos propone D-Link combinan la conectividad PLC mediante el estándar Homeplug AV/AV2.0 con la norma WiFi IEEE 802.11ac
Esta posibilidad es muy interesante si, por ejemplo, tenemos un ordenador de sobremesa o un televisor colocado cerca de uno de los puntos de acceso inalámbrico y preferimos enlazarlo mediante una conexión de cable. Eso sí, si nos decantamos por esta opción debemos contemplar que la comunicación entre los dos puntos de acceso se lleva a cabo mediante PLC, con las limitaciones que esto conlleva si nos ceñimos a la velocidad de transferencia real entre ambos nodos (un nodo no es más que un elemento de nuestra red de área local).
El estándar Homeplug AV/AV2.0 implementado en la interfaz PLC de estos puntos de acceso les permite alcanzar una velocidad de transferencia máxima teórica de 1.300 Mbps, pero en la práctica esta cifra puede reducirse notablemente en función del ruido parásito presente en nuestra infraestructura de red eléctrica. Y, en lo que concierne a la seguridad, no tengo nada que objetar: los puntos de acceso WiFi Mesh contemplan el habitual y necesario cifrado AES de 128 bits, así como los protocolos WPA/WPA2 para garantizar la protección de nuestras comunicaciones inalámbricas.
D-Link COVR-P2502 | |
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Interfaz de conexión PLC | Homeplug AV/AV2.0 de hasta 1.300 Mbps (IEEE 1901) |
Interfaz de conexión WiFi | IEEE 802.11ac |
Puertos Gigabit Ethernet | 3 x RJ-45 |
Antenas | 2 unidades externas retráctiles |
Seguridad | Cifrado AES de 128 bits / WiFi WPA/WPA2 |
Consumo | 12 vatios (cada punto de acceso) |
Dimensiones | 140 x 79,7 x 47 mm (con las antenas extendidas) |
Peso | 280 g (cada punto de acceso) |
Precio | 202,55 euros |
Pero, ¿qué es en realidad WiFi Mesh?
Las redes inalámbricas malladas, que es la forma más apropiada en español de identificar a las redes WiFi Mesh, comenzaron a utilizarse a mediados de la década pasada en las empresas para resolver los problemas de conectividad y gestión del tráfico que planteaban las grandes infraestructuras de redes inalámbricas. Desde entonces, la complejidad de las redes WiFi domésticas se ha incrementado paulatinamente a medida que ha ido creciendo el número de dispositivos que necesitamos conectar, y también el volumen de datos que transferimos entre dos nodos cualesquiera. Por esta razón, era cuestión de tiempo que una tecnología que nació para resolver las necesidades del sector profesional acabase llegando también al entorno doméstico.
Los puntos de acceso WiFi Mesh se están consolidando como una alternativa muy sólida a los repetidores inalámbricos
En nuestras casas la tecnología WiFi Mesh se está consolidando poco a poco como una alternativa muy sólida a la utilización de repetidores para ampliar la cobertura de red inalámbrica que nos proporciona el punto de acceso WiFi integrado en nuestro router. Las ventajas que nos ofrecen las redes malladas en los espacios domésticos derivan de la capacidad que tienen los puntos de acceso WiFi Mesh, que son la alternativa a los clásicos repetidores, de «hablar» entre ellos, y no solo con el router.
Esta estrategia hace posible algo inasequible para los repetidores, que son mucho menos «espabilados»: que el tráfico se administre de una forma más inteligente, y, por tanto, mucho más eficiente, gracias a la intervención activa de los puntos de acceso WiFi Mesh.
La principal baza de las redes inalámbricas malladas es la capacidad de los nodos de participar activamente en la gestión del tráfico de datos
En la práctica lo que os acabo de explicar conlleva que un dispositivo inalámbrico no tiene que conectarse necesariamente al punto de acceso más próximo, sino a aquel que va a garantizar una gestión más eficaz del tráfico. Y, por tanto, también un mayor rendimiento. Lo interesante de este enfoque es que cabe la posibilidad de que el nodo de la red al que un dispositivo se conecta en un instante determinado no sea el más cercano, por ejemplo, porque este último está congestionado. O, simplemente, porque ha dejado de funcionar correctamente.
Esta saturación podría justificarse de muchas formas diferentes, pero una fácil de entender que nos puede ayudar a ilustrar esta filosofía podría ser que tenemos conectado al nodo congestionado un televisor que está leyendo de nuestro NAS un vídeo con resolución 4K UHD, provocando un tráfico de datos elevado y continuo entre este último y la tele.
Como acabamos de ver, el pilar sobre el que se asienta la infraestructura de red WiFi Mesh no es otro que esta gestión inteligente del tráfico de datos, por lo que en la práctica podemos utilizar esta baza para colocar en aquellas zonas de nuestra casa con una cobertura inalámbrica deficitaria tantos puntos de acceso como sean necesarios para asegurar que la cobertura es óptima. Eso sí, tampoco es bueno excederse. Lo ideal es instalar el mínimo número de puntos de acceso WiFi Mesh necesario para garantizar una cobertura total de un determinado espacio.
Así es el proceso de configuración de los puntos de acceso
Los dispositivos WiFi Mesh que nos propone D-Link en el paquete que estamos probando vienen preconfigurados de fábrica, por lo que el proceso que debemos seguir para ponerlos en marcha es extremadamente sencillo. Lo primero que haremos es conectar uno de los puntos de acceso a nuestro router utilizando el cable UTP de categoría 5e incluido en el paquete, u otro similar (podemos elegir cualquiera de los puertos RJ-45 del dispositivo WiFi Mesh). Después lo enchufaremos a una toma de red eléctrica y esperaremos unos minutos, hasta que se enciendan cuatro de los cinco LED que podemos localizar en el frontal: encendido, conectividad PLC, red WiFi de 2,4 GHz y red inalámbrica de 5 GHz.
Lo siguiente que haremos es conectar el segundo punto de acceso inalámbrico WiFi Mesh en una toma de corriente eléctrica cercana a aquella en la que hemos enchufado el primer dispositivo para que la sincronización entre ellos se lleve a cabo sin fisuras. De nuevo tendremos que esperar unos minutos hasta que se enciendan los mismos cuatro LED que se activaron previamente en el otro punto de acceso. Cuando suceda esto podemos desenchufar el segundo y trasladarlo a una toma de corriente eléctrica cercana a la zona de nuestra casa en la que la cobertura inalámbrica es deficitaria.
El siguiente paso requiere que llevemos a cabo una configuración muy sencilla utilizando una aplicación de D-Link que podemos instalar en nuestro smartphone o tableta, y que está disponible tanto para Android como para iOS. También es posible llevar a cabo este mismo proceso mediante interfaz web. En este último caso solo tenemos que acceder a la URL http://covr.local./ desde el navegador de cualquier ordenador que tengamos conectado a nuestra red. Una vez que hayamos iniciado el proceso, bien desde la app para smartphone, bien desde nuestro ordenador, el asistente nos preguntará si queremos proceder a la detección de los puntos de acceso inalámbrico. Por supuesto, debemos indicarle que siga adelante.
Una vez que hayan transcurrido uno o dos minutos el asistente nos pedirá que introduzcamos el SSID y la contraseña de la red inalámbrica que deben servir nuestros nuevos puntos de acceso WiFi. Y listo. En principio no tenemos que hacer nada más. Si todo el proceso ha ido bien la aplicación de D-Link nos mostrará un esquema similar a este, confirmándonos que hemos completado la puesta en marcha con éxito:
Si hacemos clic o tocamos sobre cualquiera de los nodos de la red que aparecen en el esquema anterior accederemos a una tabla que resume todos los parámetros de red de ese dispositivo y su estado, así como los clientes que se han conectado previamente a él, si hubiese alguno enlazado. Si os sentís cómodos con la administración de dispositivos de red os sugiero que curioseéis un poco en la interfaz web que nos propone D-Link. Y, si no es así, al menos es interesante saber que esta herramienta incorpora un módulo de control parental que nos permite restringir el acceso a la red de uno o varios dispositivos.
Esta función resulta muy útil si, por ejemplo, hay menores en casa y queremos definir un horario de conexión a Internet que deben respetar. Lo único que tendremos que hacer es acceder al menú Gestión de la aplicación y seleccionar la opción Hora y programación dentro de este. Después tocaremos en el enlace Programación/Añadir regla, y en un calendario horario como el que tenéis justo debajo de estas líneas indicaremos la franja horaria en la que la conexión a Internet estará disponible. Por último, guardaremos los cambios y haremos clic en el nodo Clientes conectados para identificar aquellos dispositivos a los que queremos aplicar el control parental que acabamos de definir.
Experiencia de uso y rendimiento
Antes de seguir adelante y de que os cuente cómo ha sido mi experiencia desde que transformé mi red inalámbrica doméstica en una red inalámbrica mallada me parece crucial recordar que la comunicación entre los dos puntos de acceso de D-Link se efectúa mediante PLC (Power Line Communications). Esta tecnología conlleva la gran ventaja de que utiliza nuestra infraestructura eléctrica para transportar los paquetes de datos, por lo que no necesitamos instalar más cables para llegar allí donde nuestra red WiFi no nos ofrece la cobertura idónea.
La puesta en marcha de los dispositivos es muy sencilla porque vienen preconfigurados de fábrica
Pero los enlaces PLC también tienen una desventaja que debemos considerar: su rendimiento suele verse mermado por el ruido parásito presente en nuestra red eléctrica, por lo que las velocidades de transferencia máxima que anuncian los fabricantes son ideales teóricos que difícilmente alcanzaremos. La procedencia de este ruido es múltiple. Una parte proviene de las líneas de alta tensión que transportan la energía eléctrica desde el lugar en el que se produce hasta la central de distribución más próxima a nuestra casa. Y otra parte se genera en el último tramo de la instalación, e, incluso, dentro de nuestra misma casa.
Los electrodomésticos que utilizan motores eléctricos o resistencias suelen inyectar mucho ruido en la red, lo que provoca que el rendimiento de los enlaces PLC se vea afectado negativamente. De hecho, no solo nuestros electrodomésticos pueden afectarnos, sino también los de nuestros vecinos porque, al fin y al cabo, todas las líneas derivan del mismo tendido eléctrico y están comunicadas. Afortunadamente, los fabricantes de dispositivos PLC se han esforzado para subsanar estas deficiencias, de manera que, aunque es casi imposible que en nuestra casa obtengamos un rendimiento cercano al máximo teórico, sí podemos alcanzar una velocidad de transferencia muy alta, suficiente, incluso, para hacer posible la transmisión de vídeo con resolución 4K UHD.
Lo que acabo de explicaros justifica por qué razón el rendimiento de unos mismos dispositivos PLC puede ser muy diferente en dos viviendas distintas. Aun así, las cifras que he obtenido en mi instalación en particular son útiles porque nos ayudan a identificar qué podemos esperar de estos puntos de acceso WiFi Mesh. La velocidad de transferencia máxima real que he obtenido midiendo el tráfico de datos a través del enlace PLC, y sin utilizar la conexión inalámbrica, asciende a 282 Mbps. No son los 1.300 Mbps que en teoría nos ofrece la última norma PLC, pero la cifra no está nada mal.
Cuando en la transferencia de los paquetes de datos interviene, además de la conexión PLC, el enlace WiFi 802.11ac, la velocidad máxima que he alcanzando en mi instalación llega a los 164,27 Mbps, cayendo a 103,91 Mbps en las circunstancias más desfavorables. Como veis, son cifras claramente inferiores a las máximas que vaticinan los estándares IEEE 1901 (Homeplug AV/AV2.0) e IEEE 802.11ac (WiFi), pero, aun así, resultan suficientes para permitir, por ejemplo, la reproducción de cualquier contenido vía streaming. Incluso vídeo 4K UHD.
En lo que concierne a la gestión inteligente del tráfico que llevan a cabo los dispositivos WiFi Mesh mi conclusión es clara: funciona. Para comprobarlo conecté utilizando un cable Ethernet un televisor directamente a uno de los puntos de acceso WiFi Mesh, y comencé a reproducir una película con resolución 4K UHD a través de Netflix. Después cogí mi ordenador portátil y comencé a desplazarme con él por la casa para comprobar a qué nodo se conectaba. Y, efectivamente, lo hizo con el punto de acceso que no estaba saturado por la reproducción del vídeo, a pesar de que físicamente me encontraba al lado del que sí lo estaba. Después detuve la reproducción del vídeo y sucedió lo que esperaba: mi portátil no tardó en conectarse a este último porque era el que estaba sirviendo la señal WiFi más potente, dado lo cerca que estaban ambos dispositivos.
El futuro pinta bien gracias a un nuevo estándar para WiFi Mesh
Uno de los problemas a los que hasta ahora teníamos que enfrentarnos los usuarios de redes inalámbricas que decidimos apostar por la tecnología WiFi Mesh era la ausencia de una norma que facilite la interoperabilidad entre dispositivos de distintos fabricantes. Esto significa, sencillamente, que si compramos dos puntos de acceso inalámbrico WiFi Mesh de un fabricante y más adelante necesitamos uno adicional, nos veíamos obligados a recurrir a otro dispositivo de esa misma marca.
El estándar Wi-Fi EasyMesh permite que los puntos de acceso de fabricantes diferentes «hablen» entre ellos para que la negociación de las conexiones y la gestión del tráfico sean posibles
Afortunadamente, este panorama está a punto de cambiar. Wi-Fi Alliance, que es la organización internacional que certifica los productos que emplean la tecnología WiFi, ha aprobado una nueva norma, conocida como Wi-Fi EasyMesh, que permite que «hablen» entre sí los puntos de acceso WiFi Mesh de distintos fabricantes. Para lograrlo ha sido necesario forzarlos para que utilicen un mismo protocolo de negociación, un mismo «lenguaje», que es lo que hace posible la comunicación. Eso sí, solo los dispositivos con certificación EasyMesh nos garantizan que este diálogo es posible, por lo que merece la pena tenerlo en cuenta si estamos decididos a apostar por esta tecnología.
D-Link COVR-P2502: la opinión de Xataka
La tecnología WiFi Mesh funciona. Como hemos visto, realmente añade valor a las redes inalámbricas que conocemos desde hace años porque mejora su rendimiento y estabilidad de una forma claramente palpable. Al fin y al cabo realmente no estamos ante una tecnología nueva; es una técnica que, como hemos visto, se utiliza en el entorno profesional desde hace años. Además, y es otro factor que también merece la pena que tengamos en cuenta, la puesta en marcha de los puntos de acceso inalámbrico WiFi Mesh es «pan comido» porque vienen preconfigurados de fábrica.
La tecnología WiFi Mesh funciona, por lo que las pegas que podemos poner a los dispositivos de D-Link no son críticas
Ante esta perspectiva es difícil poner pegas a los dispositivos que D-Link nos ha propuesto probar. Son fáciles de poner en marcha, cumplen su cometido sin dar problemas y cuentan con una aplicación de gestión sencilla, pero lo suficientemente potente para brindarnos cierta capacidad de control sobre el acceso a nuestra red inalámbrica. Además, me parece muy buena idea que integren tres puertos RJ-45 que pueden venirnos de maravilla para conectar dispositivos con cable, si la situación lo requiere.
Solo puedo reprobar dos características de estos dispositivos, aunque ninguna de ellas es crítica. La primera consiste en que el tamaño de los puntos de acceso es considerable (140 x 79,7 x 47 mm con las antenas extendidas), por lo que no pasan inadvertidos en absoluto. La única solución sería conectarlos a un enchufe que no esté la vista, pero esto no siempre es posible porque estamos condicionados por la necesidad de dar servicio a un área concreta de nuestra casa. Y la otra crítica consiste en que las dos antenas que incorporan son un poco aparatosas. Yo habría preferido que fuesen internas, aun a costa de perder un poco de cobertura.
Antes de concluir el análisis me gustaría incidir en dos factores que todavía hoy representan un lastre evidente para la adopción de la tecnología WiFi Mesh. El primero consiste en que el precio de los puntos de acceso es sensiblemente más elevado que el de los repetidores a los que pretenden desplazar. Y para muchos usuarios este factor es un hándicap importante. Y, por último, el abanico de opciones que podemos encontrar en el mercado es bastante limitado, aunque posiblemente poco a poco otros fabricantes irán apostando por esta innovación. Y el panorama cambiará. Esperemos que sea así porque seremos los consumidores los que saldremos beneficiados.
La muestra ha sido cedida para la prueba por parte de D-Link. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
Más información | D-Link
En Xataka | Redes WiFi Mesh: qué son, cómo funcionan y por qué pueden mejorar tu red WiFi en casa
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