AMD Ryzen 7 3700X y Ryzen 9 3900X, análisis: Zen 2 y los 7 nanos hacen maravillas y plantean por fin competencia real a Intel

AMD está teniendo un año de lo más sorprendente: primero pudimos probar sus primeras tarjetas gráficas de la familia Navi, las Radeon RX 5700 y RX 5700 XT, pero la apuesta de este fabricante es doble, y junto a ellas llegaron también recientemente los primeros procesadores con arquitectura Zen 2 y litografía de 7 nanómetros: los AMD Ryzen 7 3700X y los AMD Ryzen 9 3900X.

Hemos tenido la oportunidad de analizar ambos procesadores, y tras unos días poniéndolos en aprietos ha quedado claro algo importante: por fin tenemos rivales claros para los mejores procesadores de Intel. No solo en multitarea, donde ya había habido avances importantes, sino en gaming. Los Ryzen 7 y Ryzen 9 se portan de forma notable en videojuegos, y el futuro es más prometedor que nunca para una empresa que durante años ha estado a la sombra de Intel.

Cambios internos para una revolución del rendimiento y el IPC

La nueva arquitectura Zen 2 es una de las claves del salto cualitativo que plantean estos procesadores, pero no es el único argumento esgrimido por AMD. La litografía de 7 nanómetros es un aliado inmejorable para protagonizar eficiencias y consumos adecuados, pero también para lograr mayor densidad de integración y más núcleos que nunca en procesadores destinados a usuarios finales.

Los nuevos procesadores de AMD usan un diseño "chiplet" con dos "dies" de 7 nm, mientras que el chip de debajo es el dedicado a la entrada/salida.

Esos diseños cambian además con la aplicación de los llamados MCM (Multi-Chip Modules), que hacen que en estos procesadores encontremos los ya conocidos chiplets (CCD, por Core Chiplet Die), módulos de 8 núcleos (en bloques de 4 núcleos físicos) y 16 hilos de ejecución en los que el fabricante activa o desactiva cierto número de ellos para luego comercializarlos.

La tecnología FinFET de 7 nanómetros de TSMC que AMD ha utilizado en estos procesadores no es una constante, y hay algunos componentes como el PCH (controlador de memoria) que mantienen el nodo litográfico de 12 nm para su fabricación.

El rediseño de este componente es también notable haciendo uso de la tecnología llamada Infinity Fabric, una arquitectura de interconexión que permite la transmisión a altas velocidades de datos entre todos los componentes conectados a ella.

Todo ello contribuye a que la arquitectura Zen 2 pueda cumplir su objetivo, que no es otro que el de lograr una mejora significativa en el IPC (instrucciones por ciclo). Esta magnitud ha sido dominada por Intel en sus CPUs durante años y esa ventaja le permitía destacar en el campo de los videojuegos, pero las cosas han cambiado con Zen 2.

De hecho, junto a mejoras como una memoria caché L3 que es el doble que en anteriores productos (64 MB en los Ryzen 9 3900X por los 16 MB de los Intel Core i9-9900K, por ejemplo) los responsables de AMD afirman que es posible lograr mejoras de rendimiento de entre el 20 y el 30% en un Ryzen 7 3800X con respecto a sus Ryzen 2700X, por ejemplo.

Las comparaciones entre el Ryzen 9 3900X con el citado Core i9-9900K son inevitables: están situados en la misma franja de precios (unos 500 euros, pero el Ryzen incluye disipador), pero en AMD quieren ponernos los dientes largos con unas especificaciones fantásticas. 12 núcleos frente a los 8 del modelo de Intel, mayores frecuencias nativas (3,8 vs 3,6 GHz, aunque en Turbo gana Intel con 4,6 GHz vs 5,0) soporte PCI 4.0 y un TDP algo superior (105 W frente a 95 W) que aún así es fácilmente justificable por ese mayor número de núcleos.

AMD Ryzen 9 3900X

Intel Core i9-9900K

AMD Ryzen 7 3700X

Intel Core i7-9700K

Núcleos / Hilos de ejecución

12 / 24

8 / 16

8 /16

8 / 8

Frecuencia nativa / Turbo

3,8 / 4,6 GHz

3,6 / 5,0 GHz

3,6 / 4,4 GHz

3,6 / 4,9 GHz

Pistas PCIe 4.0

16 + 4 (reservadas a NVMe)

0 (16 PCIe 3.0)

16 + 4 (reservadas a NVMe)

0 (16 PCIe 3.0)

Caché L2

512 KB por núcleo

256 KB por núcleo

512 KB por núcleo

256 KB por núcleo

Caché L3

64 MB (4 x 16 MB)

16 MB

32 MB (2 x 16 MB)

12 MB

TDP

105 W

95 W

65 W

95 W

Precio

547,90 euros

486,84 euros

386,99 euros

388,99 euros

Lo mismo ocurre con el Ryzen 7 3700X, que compite de tú a tú con el Core i7-9700K de Intel. El modelo de AMD es algo más barato, es más eficiente (65 W de TDP frente a 95 W), soporte PCIe 4.0, y tiene 8 núcleos y 16 hilos de ejecución frente a los 8 núcleos sin Hyper Threading del modelo de Intel.

El soporte del estándar PCIe 4.0 a través del nuevo chipset X570 para placas base preparadas especialmente para los nuevos Ryzen 3000 (o de 3ª generación) es también otro argumento claro, y sacaremos provecho de él en muchas situaciones. Por ejemplo en esas nuevas unidades SSD M.2 NVMe que aprovechan dicho estándar y logran tasas de transferencia de locura que rayan los 5.000 MB/s.

Nuestras pruebas

Aunque no hemos podido enfrentar directamente los procesadores de AMD con sus competidores directos de Intel, sí hemos aprovechado las pruebas que habíamos realizado recientemente para evaluar las últimas tarjetas gráficas de NVIDIA y AMD y que permiten establecer una perspectiva clara de qué podemos esperar de estos nuevos Ryzen 7 3700X y Ryzen 9 3900X.

La máquina de pruebas ha sido suministrada por AMD, e incluye una placa base Gigabyte Aorus X570 Master, 16 GB de memoria G.Skill Trident Z RGB Royal a 3.600 MHz, una unidad SSD Gigabyte Aorus NVMe Gen4 de 2 TB, una AMD Radeon RX 5700 y una fuente de alimentación (esta no fue cedida por AMD) EVGA de 800 W.

Como referencia tenemos el equipo de pruebas con el que analizamos las Radeon RX 5700/XT y las GeForce RTX 2060 SUPER y 2070 SUPER hace unas semanas: consta de un procesador Core i5-8400 acompañado de 16 GB de memoria DDR4 a 3200 MHz montados sobre una placa ASRock Z370M-ITX/ac. La unidad de almacenamiento principal es una Samsung 970 EVo M.2 NVMe, mientras que la fuente de alimentación es una Be Quiet BN282 de 650 W.

Las pruebas que hemos realizado permiten evaluar ámbitos en la que la CPU es protagonista principal y otros en los que es el apoyo de la tarjeta gráfica. De ese modo podremos verificar que efectivamente la mejora que aportan los nuevos procesadores de AMD son significativos, y en qué medida.

Estos son los componentes cedidos por AMD para las pruebas.

Durante las pruebas evaluamos las cifras puras de estos tests, tanto si eran sintéticas como si eran benchmarks de videojuegos en los que los fotogramas por segundo dan la medida última de rendimiento. No tenemos las herramientas necesarias para medir temperaturas, consumos o ruido generado, pero aquí hay una nota clara: aunque los Ryzen incluyen un ventilador -gran noticia para ahorrar dinero- el ruido generado por estos ventiladores es notable, sobre todo cuando sometemos a estas CPUs a esfuerzos importantes.

PCMark 8 y PCMark 10

La primera prueba relevante es la que nos habla del rendimiento general de estos proceasdores, que pudimos comparar con el Core i5-8400 con esa configuración distinta en varios apartados pero que aún así nos plantea ese primer vistazo a lo que podemos esperar de los nuevos Ryzen de 3ª generación.

Aunque no tenemos los datos de PCMark 8 para el Core i5, las pruebas muestran cómo salvo en el ámbito creativo en el que curiosamente el Ryzen 7 aventaja ligeramente al Ryzen 9, es este último el que gana la partida. No por mucho, no obstante.

Cinebench

Probablemente la prueba "más potente" de nuestro banco de pruebas a la hora de mostrarnos qué está pasando con los nuevos procesadores de AMD es Cinebench, una aplicación que aprovecha al máximo todos los núcleos de proceso que pueden ofrecerle esos procesadores.

De hecho vemos como en OpenGL, donde ese número de cores no importa tanto, el rendimiento es relativamente similar aunque desde luego los Ryzen sacan una ventaja sensible al Core i5. Es en el test de la CPU multicore en el que los 12 núcleos del Ryzen 9 dan buena cuenta de sus rivales, incluido un Ryzen 7 que aún así muestra un comportamiento sobresaliente.

Esta prueba muestra a las claras ese escenario intensivo del que hablaba AMD durante el lanzamiento de estos micros: puede que aún haya diferencias en IPC respecto a Intel en algunos casos y que no sean los mejores para gaming si se busca solo ese rendimiento puro en juegos, pero si además buscáis emitir partidas en Twitch o Mixer, por ejemplo, esos núcleos adicionales liberan totalmente a la CPU y permiten que podáis emitir a calidad excepcional sin que la experiencia de juego pierda puntos.

3DMark

Si hablamos de pruebas en los que la gráfica tiene más peso, 3DMark es una de las referencias clásicas, y aquí experimentamos algo similar a lo que vimos con PCMark 8 Creative.

En cuanto el peso de la gráfica es mayor, los Ryzen 7 se comportan especialmente bien y de hecho casi igualan a los Ryzen 9 en Fire Strike Extreme y los superan de forma sensible en Ice Storm Extreme, las dos pruebas más exigentes de este banco especializado de FutureMark.

Dirt Rally

En juegos como 'Dirt Rally' el comportamiento de los nuevos procesadores de AMD también da buenas noticias: el rendimiento crece de forma notable en todas las resoluciones, aunque a resoluciones más altas, como suele ocurrir, es la gráfica la que hace que la potencia del procesador pierda algo de relevancia.

En 1080p no obstante el Ryzen 9 con la RX 5700 deja el mejor resultado en fotogramas por segundo, aunque una vez más hay que destacar el excelente comportamiento del Ryzen 7, no demasiado lejos de su hermano mayor.

Shadow of the Tomb Raider

Las cosas no son tan claras con un juego más exigente y reciente como 'Shadow of the Tomb Raider'. Aquí está claro que quien trabaja de verdad es (en este caso) la RX 5700, y aunque el procesador ayuda, no lo hace de forma significativa salvo en 1080p.

Es en ese último caso en el que los Ryzen realmente aportan algo. Hemos elegido el modo DirectX 12 en el que los rendimientos eran claramente superiores a los DX11, pero aún así la diferencia con el Core i5-8400 no es demasiado apreciable. De hecho, el Ryzen 7 y el Ryzen 9 están casi totalmente igualados.

The Division

Una vez más resultados singulares para otro juego exigente en el que el procesador no pareció intervenir en absoluto y fue la tarjeta gráfica (en todos los casos, la AMD Radeon RX 5700) la encargada de dar el caudal de fotogramas mostrado en la gráfica.

Salvo en resolución 4K en la que el margen de ventaja es ligerísimo para el Ryzen 9, el resto de las pruebas las ganó el Core i5-8400, lo que vuelve a demostrar que en este título -de nuevo, en DirectX 12- el procesador no aportó demasiada diferencia.

World of Tanks

Con World of Tanks se mantuvo esa téóica en la cual la prueba dedicada a desvelar si estos procesadores plantean una ventaja clara en juegos no nos dejaba noticias demasiado positivas. De hecho el rendimiento de los dos Ryzen era muy similar -e incluso superior- al del Core i5.

No poder comparar directamente con el Core i9-9900K -que probamos en el pasado, pero con una RTX 2080 Ti que desvirtúa precisamente las pruebas de videojuegos- no nos permite dar unas conclusiones definitivas, pero a priori el impacto de los Ryzen en los juegos evaluados no es apreciable.

AMD Ryzen 7 3700X y AMD Ryzen 3900X, la opinión de Xataka

El comportamiento de los AMD Ryzen 7 3700X y los AMD Ryzen 9 3900X ha sido desde luego fantástico en todos los apartados, pero quizás hubiéramos esperado "más ayuda" del procesador en alguno de los juegos evaluados, que esperábamos los pusieran a mayor distancia de un micro más modesto como el Core i5-8400 como el que pudimos probar con la misma gráfica utilizada para las pruebas hace unas semanas.

Eso demuestra no obstante que AMD, que tradicionalmente se quedaba más atrás en rendimiento en videojuegos, esté ahora más cerca de ese objetivo de batir a Intel por fin en este ámbito. Parece que aún queda trabajo por hacer, pero hay que destacar que estos son los primeros micros con una arquitectura y un proceso de fabricación que acaban de dar sus primeros pasos.

Es evidente que AMD ha mejorado en el IPC, pero Intel parece ir aún un paso por delante en este ámbito cuando importa al sector de los jugadores. La cosa cambia si buscas un microprocesador multidisciplinar: uno que dé excelentes rendimientos en cualquier situación, tanto en gaming como en tareas intensivas como las que propone Cinebench.

Es ahí donde AMD vuelve a brillar, sobre todo con un Ryzen 9 que da mucho margen de maniobra si necesitas paralelismo y multitarea extrema. El Ryzen 7 3700X parece mejor opción si podemos sacrificar algo de ese margen adicional que dan los 12 núcleos frente a los 8 núcleos del "hermano pequeño", sobre todo cuando lo que aportan los Ryzen 9 en juegos no parece ser excepcional frente a esos hermanos pequeños.

Así pues, la situación favorece a los AMD en prácticamente todos los ámbitos salvo -de momento- en gaming, donde Intel y sus Core i9-9900K y sus Core i7-9700K son potentes competidores por su IPC. El margen de diferencia no obstante se acorta: AMD ya no está demasiado lejos de Intel, y a no ser que busquemos solo esa diferencia en gaming los micros de AMD son más competitivos que los de Intel.

Si además tenemos en cuenta la diferencia en consumos los 65 W del Ryzen 7 3700X convierten a estos modelos en especialmente destacables, y desde luego nuestros preferidos por su equilibrio entre ese consumo, su precio y sus prestaciones.

Así pues, grandes noticias para una AMD que se acerca más que nunca a Intel en gaming y que confirma un camino que en 2018 la pone a un nivel fantástico. Puede que su competidora aún logre tener algo de ventaja en videojuegos, pero a este ritmo esa diferencia podría disiparse más temprano que tarde.

Ahora, claro, habrá que esperar la respuesta de Intel, que en unos meses pondrá encima de la mesa sus micros de 10 nanos, aunque los primeros en llegar estarán orientados a equipos ultraportátiles. Veremos qué ocurre cuando esa litografía por fin llegue a las CPUs para equipos de sobremesa, pero lo que está claro es que las cosas se ponen de lo más interesantes en esta particular batalla.

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