Las redes Wi-Fi se han convertido en piezas fundamentales de nuestra rutina tecnológica diaria. Las utilizamos constantemente con nuestros dispositivos móviles y nuestros ordenadores, pero hacerlo de forma óptima depende de algo tan simple como la ubicación del router que nos permite conectarnos a ellas.
Si alguna vez habéis tenido problemas con vuestra conexión Wi-Fi porque la señal es débil, se corta o no llega a ciertos rincones, atentos: aquí os explicamos cuáles son las claves para situar el router en la mejor posición y contar siempre con cobertura Wi-Fi óptima.
El router, cuanto más cerca mejor (y cuidado con las antenas)
Las redes Wi-Fi están basadas en una tecnología mucho más antigua que internet: la tecnología de radio. La misma que se usa para que escuches programas de radio, pero con una diferencia fundamental: usa frecuencias en el rango de las microondas, que son algo más altas que el espectro electromagnético que se usa en las emisiones de radio.
Lo que ocurre con todas las fuentes de ondas electromagnéticas es que cuanto más te alejes de la fuente (en este caso, tu router), más débil es la señal. Esa reducción es además exponencial: si a 1 metro la señal es óptima, a 2 metros es una cuarta parte de lo fuerte que es a un metro, y a 3 metros es una novena parte de lo fuerte que es a un metro.
Así pues, la regla fundamental es la de colocar el router lo más cerca posible de los dispositivos que quieres usar conectados a la red Wi-Fi, pero aquí hay algunos "trucos" que conviene conocer.
Por ejemplo, uno podría pensar que si dirige la antena de su router WiFi hacia el dispositivo con el que nos queremos conectar hará que la señal llegue de forma óptima. En realidad hay que hacerlo de otra forma, porque la antena emite con más fuerza en una especie de anillo que tiene como eje la antena.
Lo que conviene hacer es colocar la antena en perpendicular (y no apuntando por ejemplo a nuestro portátil) para que esa onda o anillo que se forma le llegue de forma óptima. Y si es posible, no escondáis el router en el fondo de un estante o armario: dejadlo a la vista, y si puede ser en una posición más o menos alta, mejor.
Obstáculos a las redes Wi-Fi
Hay que destacar también que las frecuencias electromagnéticas utilizadas en las redes WiFi tienen otro problema, y es el de que cualquier obstáculo físico también reduce su alcance y fuerza en cierta medida.
Ocurre con el suelo, el techo o las paredes de la casa, y hay un efecto especialmente singular en esa lucha de las redes Wi-Fi por llegar a todas partes: las tuberías de agua que recorren nuestra casa absorben esas ondas Wi-Fi especialmente bien.
De hecho si tienes una pecera y la señal no te llega bien, quizás deberías situar el router (o la pecera) en otro lugar, porque las señales inalámbricas lo pasan especialmente mal a la hora de traspasar esos depósitos de agua. Lo mismo ocurre con zonas con mucha gente: los seres humanos somos en gran parte agua, así que las conexiones Wi-Fi también lo pasa malen zonas con grandes aglomeraciones de gente.
Hay otros elementos que pueden interferir en esas transferencias y que son emisores de otras frecuencias por sí mismos. Los hornos de microondas o incluso las televisiones funcionan con frecuencias similares, lo que puede provocar algún conflicto. Las superficies metálicas que reflejan las ondas de las señales Wi-Fi también perjudican la calidad de la conexión.
Los frigoríficos, los mandos de consolas de videojuegos, las cámaras de videovigilancia para niños o incluso los altavoces inalámbricos también interfieren en mayor o menor medida por usar otras tecnologías inalámbricas, y aunque el impacto no es notable en ciertos casos, puede ser responsable de interferencias. Incluso las luces navideñas pueden afectar al rendimiento, aunque como ya vimos la reducción de la fuerza de la señal no será probablemente importante.
Hay otro elemento más con el que lucha la red Wi-Fi de tu casa: las redes Wi-Fi de tus vecinos. La mayoría de redes Wi-Fi siguen usando la frecuencia de 2,4 GHz en la que existen cierto número de canales (subdivisiones de los rangos de frecuencia).
Si estás conectado al mismo canal que tu vecino, puede que las señales se superpongan y hagan difícil disfrutar de una conexión estable. Las redes de 5 GHz de los routers modernos que soportan el estándar WiFi 802.11ac tienen más canales y ofrecen más opciones al respecto, pero no todos los dispositivos son compatibles.
Colocar el router de forma óptima: Maxwell al rescate
Hace más de 150 años el físico James Maxwell formulaba su teoría dinámica del campo electromagnético. En aquel trabajo científico descubrió una serie de ecuaciones que acabarían siendo fundamentales para revelarnos, entre otras muchas cosas, cómo colocar el router en ciertos sítios ayuda a obtener una cobertura óptima.
Un estudiante de doctorado del Imperial College en Londres llamado Jason Cole se interesó por el tema, y gracias al uso de la potencia de los ordenadores modernos simuló el comportamiento de una señal WiFi, lo que le permitió ver cómo afectaba a la cobertura que ese router se moviera de un lado a otro de un piso convencional.
Aquel trabajo confirmó datos esperables de la radiación Wi-Fi, que se mueve mejor en espacios abiertos y lo pasa peor cuando tiene que atravesar paredes, sobre todo si son gruesas. Además mostró el comportamiento de las ondas estacionarias, en las que la reflexión WiFi se superpone y hace que la onda y su reflejada se cancelen entre sí.
Cole acabó creando una aplicación para Android llamada WiFi Solver FDTD (0,63 euros en Google Play) que permite precisamente simular el comportamiento de un router en nuestro hogar, algo que ayuda de forma notable a situarlo en la mejor posición posible. En iOS estas herramientas no están disponibles porque Apple no permite acceso al hardware inalámbrico de los iPhones y iPads para este propósito.
Hay otras alternativas que nos permiten crear esos "mapas de calor Wi-Fi" con los que podremos determinar cuál es la mejor ubicación para nuestro router. Entre ellas están NetSpot (Windows, macOS), Ekahau HeatMapper (Windows), Acrylic (Windows), VisiWave (Windows9 o AirMagnet Survey PRO (Windows).
En Linux podemos usar herramientas indirectas que nos indican la calidad de la señal y que luego nos pueden ayudar a este propósito con scripts como wifi-heatmap, del que su creador nos habla aquí. Hay otras heramientas como esta que también ayudan en este ámbito.
Colócalo bien y si lo necesitas, usa repetidores
Esas herramientas nos permitirán determinar cuál es la mejor ubicación para nuestro router, pero aún así es probable que la distribución de nuestro hogar haga difícil que la cobertura sea suficiente en todos los rincones.
Es ahí donde entran en juego otras soluciones hardware que permiten ampliar la cobertura. Entre esas alternativas están los repetidores WiFi que permiten ampliar esa cobertura al actuar como "altavoces" de las señales que les llegan, pero mucho más relevantes en los últimos tiempos son los routers con tecnología Wi-Fi Mesh.
Estos routers Mesh se venden en packs de dos, tres o más unidades y son especialmente interesantes para hogares amplios y con muchas paredes o plantas de por medio, ya que se conectan entre sí para ofrecer una única red WiFi que nuestro dispositivo detecta como única, pero siempre conectándose al router de ese sistema que más calidad le da.
Otra posible opción es el uso de la tecnología PLC que permite hacer uso del cableado eléctrico para obtener una buena conexión en distintas habitaciones en las que cada punto de acceso lo es tanto para redes de cable (Ethernet) como para redes WiFi.
Todas estas opciones son por tanto útiles y nos permitirán lograr ese objetivo último: no quedarnos sin Wi-Fi en ningún rincón de nuestro hogar.
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